La comunidad de Fasta en Costa Rica tuvo la alegría de vivir un momento de profunda comunión en la festividad del Patriarca Santo Domingo de Guzmán. En el corazón de San José, en la imponente Catedral Metropolitana, el Padre Enrique Silvano, de la Fraternidad Sacerdotal de Fasta, presidió la Santa Misa, un evento que marcó un hito en su visita pastoral al país.

La presencia del Padre Enrique Silvano, quien se encuentra en Costa Rica como asesor espiritual del Movimiento Apostólico, es motivo de gran alegría para la comunidad fundacional de Fasta. Su visita, que se desarrolla en el marco del Año Jubilar, fortalece la fe de los miembros y es un signo de la vitalidad de la comunidad en la arquidiócesis.

La Espiritualidad Dominicana y Fasta

La celebración en honor a Santo Domingo de Guzmán es de especial relevancia para la espiritualidad de Fasta, ya que tiene profundas raíces en el carisma dominicano. Santo Domingo, un incansable predicador, fue el fundador de la Orden de Predicadores en el siglo XIII. Su vida estuvo marcada por la defensa de la fe, la pasión por la verdad y la devoción a la Santísima Virgen María a través del Santo Rosario.

Al igual que los dominicos, Fasta, a través de su carisma, busca la contemplación para llevar a otros la verdad de Cristo. El fundador de Fasta, Fray Aníbal Ernesto Fosbery, O.P., también de la Orden de Predicadores, imprimió en el Movimiento el lema dominicano «Contemplar y dar lo contemplado». Este principio se manifiesta en la misión de Fasta de formar milicianos que, con un corazón contemplativo, se entreguen a la construcción de la Ciudad Miliciana.

La celebración de la Eucaristía en la Catedral Metropolitana, en el día del Patriarca, fue una hermosa manifestación de esta herencia espiritual, uniendo a la comunidad de Fasta con la tradición de la Orden de Santo Domingo. La misa presidida por el Padre Enrique Silvano, en el centro de la fe costarricense, fue un recordatorio del llamado a predicar con la vida y la palabra, tal como lo hizo su santo Patrono.