Fasta vivió un fin de semana de intensa actividad y comunión con dos encuentros nacionales que reunieron a la Primera y Segunda Generación en distintos puntos del país. Mientras la Segunda Generación se congregó en Mendoza, la Primera Generación, llamada «Fray Bernardo», se encontró en La Falda, Córdoba, con el objetivo de fortalecer lazos, reflexionar sobre su misión y honrar la memoria de quienes los precedieron.

El encuentro de la Primera Generación en La Falda contó con la participación de 70 milicianos en un clima de afectuosa camaradería. La jornada incluyó actividades formativas y de diálogo, abriendo un espacio para compartir experiencias de vida y fe.
La distinción entre «Fasta y la Ciudad»
El encuentro en Córdoba se abrió con una conferencia a cargo del Vicepresidente de Fasta, Alejandro Campos, quien abordó la distinción entre «Fasta y la Ciudad» desde la perspectiva del magisterio del Padre Fundador, Aníbal Fosbery. Campos se centró en aclarar el pensamiento y el lenguaje del Fundador para una comprensión precisa de la cuestión. Analizó la gestación de los conceptos de «ciudad» y «fundación» en las enseñanzas de Fosbery, destacando cómo el término «Ciudad» evolucionó a lo largo del tiempo.
Según la exposición, la «Ciudad» tiene dos sentidos: uno amplio, refiriéndose a la construcción de la Ciudad de Dios, y otro específico, como la «Ciudad Miliciana». El Padre Fosbery entendía que la distinción entre Fasta y la Ciudad radica en la misión y la dimensión apostólica, ya que Fasta es una herramienta para la construcción de la Ciudad.
Emotivo homenaje a Oscar Carlos D’Agostino
Un momento central y muy emotivo del fin de semana fue el homenaje a Oscar Carlos D’Agostino, quien fue jefe nacional de Fasta en la década de 1970. Esta actividad fue compartida entre los encuentros de Mendoza y La Falda. La ceremonia fue un tributo a su figura, destacando el profundo impacto que tuvo en quienes compartieron su vida y su labor.

Se compartieron testimonios de diversas personas, como Caco fGarcía Pose y Beto Sánchez, quienes recordaron distintos aspectos de D’Agostino. La conexión entre ambas generaciones se hizo palpable a través de las palabras de Leonardo Grafiña y Jorge Yunes, quienes desde Mendoza, se unieron al homenaje. Grafiña recordó los últimos días de Cacho, mientras que Yunes compartió su relación filial con él. El testimonio de Héctor Partridge se centró en los tiempos universitarios y la convivencia con Cacho en Tucumán. Finalmente, el Carlos Fernández habló de su experiencia con D’Agostino como jefe, destacando su rol como primer jefe nacional.
El homenaje, que se extendió por una hora, fue un reconocimiento a D’Agostino como un verdadero pilar en los orígenes de Fasta.
En Mendoza hubo un momento especial que culminó con una misa celebrada por el Presidente de Fasta, Padre César Garcés, en la que se recordó especialmente a los milicianos que han partido a la Casa del Padre.