Por Guido Solano, Presidente Jurisdiccional
Ayer, 29 de noviembre, cerramos un año entero de peregrinar en la esperanza, un año en el que la consigna “Peregrinos de esperanza” nos acompañó, nos unió y marcó nuestro caminar.
Fue una jornada de profunda gratitud: recordamos los 40 años de la Fraternidad Sacerdotal, nacida en estas tierras tucumanas, y celebramos también los 20 años de las Catherinas. En este marco tan significativo, dimos inicio al Tiempo de Adviento, ese tiempo que nos invita a esperar, a preparar el corazón y a renovar nuestra fe.
Este año tuvimos la gracia de formar a 290 jóvenes, acompañados por 70 adultos que sostuvieron con su entrega cada paso de este camino. Vivimos instancias de formación, celebramos la misa y compartimos el tradicional fogón que siempre enciende nuestra fraternidad.
Con alegría, 9 jóvenes de nuestros cuatro Rucas formularon sus promesas, dando un paso más en su camino vocacional dentro del Movimiento. También expresamos nuestro agradecimiento a Emilio Frías, primer Jefe del Ruca Takay, por su misión, su servicio y su testimonio. Y, con emoción, despedimos a la 12ª generación de milicianos, que culmina su etapa dejando huellas de compromiso y fraternidad.
Invitamos a todos a sumarse al Campamento Regional Gaudete, que este verano se realizará en San Pedro de Colalao, una oportunidad para seguir creciendo en espíritu, misión y vida comunitaria.
El 2026 será un año especial: será el año de vivir “Con la Virgen del Rosario…”, y también el año en que FASTA Tucumán cumple 55 años de presencia fecunda. Seguiremos caminando juntos, fundando la Ciudad de Dios en la ciudad de los hombres, con esperanza, alegría y compromiso apostólico.






