Dos comunidades de Fasta celebran este 24 de septiembre la festividad de su patrona, La Virgen de la Merced: Barcelona y San Miguel de Tucumán
La Mercè, patrona de Barcelona
La noche del 24 de septiembre de 1218, la Virgen se apareció simultáneamente al rey Jaime I, a san Pedro Nolasco y a san Ramón de Penyafort. A los tres les pidió que creasen una orden de monjes dedicados a salvar cristianos encarcelados por los sarracenos. Eran tiempos de guerra religiosa.
Siglos más tarde, en 1687, Barcelona sufrió una plaga de langostas y se puso en manos de la Virgen de la Mercè. Acabada la plaga, el Consejo de la Ciudad la nombró patrona de Barcelona. Pero el Papa no ratificó la decisión hasta dos siglos más tarde, en 1868.
Los orígenes de la Fiesta Mayor
Después de que el Papa Pío IX declarase a la Virgen de la Mercè patrona de la ciudad, Barcelona empezó a celebrar sus fiestas en septiembre. Fue Francesc de Paula Rius i Taulet quien, en su etapa de concejal, antes de convertirse en alcalde, impulsó la primera fiesta de la Mercè, que en 1871 adoptó un carácter cívico e incluía celebraciones de carácter popular y dirigidas a la ciudadanía.
La Mercè tomó vuelo en el año 1871 cuando, bajo el impulso de Francesc Cambó, se celebró una Fiesta Mayor que se convirtió en modelo de las que aún hoy tienen lugar en toda Cataluña.
La Fiesta, hoy
La Mercè alcanzó el carácter de fiesta auténticamente popular gracias a la colaboración de entidades de toda la ciudad. Hoy, La Mercè es una fiesta que ocupa festivamente un gran número de espacios públicos con una programación centrada en la cultura mediterránea. En menos de una semana, Barcelona reúne una ingente programación que os obligará a elegir: artes de calle, pasacalles, conciertos, bailes tradicionales…
En sus tradicionales cartas dominicales el cardenal Omella, arzobispo de Barcelona ha expresado que «Barcelona, gracias a la Virgen de la Merced, es una ciudad que no se encierra en sí misma, en sus propios problemas, sino que mira hacia todo el Mediterráneo, vive atenta al sufrimiento de los más desfavorecidos que allí malviven y promueve la fraternidad entre todos los pueblos del Mare Nostrum.
Como ya decía hace diez años, en mi primera homilía en la fiesta de la Virgen de la Merced, sigo pidiendo a la Virgen que proteja a los barceloneses y a todos los catalanes. Le pido que nos ayude a caminar con esperanza y a estar dispuestos a abrazar a todos los hermanos para construir una sociedad más fraterna, más humana; una sociedad más abierta a Dios y a la vida eterna.
Santa María, Madre y Abogada nuestra, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Confiamos en ti y nos ponemos bajo tu protección. Quienes han acudido a ti, han implorado tu asistencia y reclamado tu auxilio, nunca han sido desamparados por ti. Señora y Madre nuestra, Princesa de Barcelona, protege tu ciudad. Amén».

Patrona de Tucumán y del Ejército Argentino
Desde los inicios el actual noroeste argentino veneraba a la Virgen de la Merced debido a la tarea misionera de la congregación Mercedaria que la tomó como principal motivo de la Evangelización.
En Tucumán hay datos de la celebración de su fiesta en 1687. En septiembre de 1796 se la nombra Protectora de la ciudad principalmente por el cese de los temblores que se habían dado en la zona. Desde 1744 ya existía la cofradía destinada a difundir su devoción y a sostener su culto y que fue aprobada por el Obispo en 1787. Es así que el pueblo tucumano, septiembre tras septiembre le rezaba la novena, la sacaba por las calles y le dedicaba la fiesta.
La celebración de la Virgen tuvo su culminación con la batalla de Tucumán ocurrida el 24 de septiembre de 1812 y cuyo triunfo es atribuido a la Virgen, lo mismo ocurre en otros pueblos de todo el territorio de lo que después sería Argentina, en donde se le encomienda las pestes, los temblores, los ataques realista o de los pueblos originarios. En 1813 se declara que el 24 de septiembre es día de precepto, en 1815se decide que en su fiesta estén presentes las autoridades civiles; en 1845 se impone que se haga una salva de 20 cañonazos en su honor en el Campo de la Victoria. En 1912, dentro de las celebraciones del centenario de la Batalla de Tucumán la imagen recibió la coronación pontificia. La Imagen que preside el Santuario, recibe estos honores y es fruto de la devoción del pueblo y del nombramiento de Manuel Belgrano como generala es la llamada imagen “chica”. Es la madre cuya protección y asistencia es respuesta a la fe y devoción de sus hijos.
La Parroquia de la Victoria que es sede del Santuario de la Virgen de la Merced fue creada por Manuel Belgrano el 18 de abril de 1813, a escasos meses de la Batalla de Tucumán, queriendo hacer un homenaje a la virgen por su milagrosa intervención en el campo de batalla.
Oración a la Virgen de la Merced
María, Merced de Dios, regalo de Cristo a los hombres. La Trinidad Santa te envió, mensajera de libertad y misericordia, para, por medio de Pedro Nolasco, mostrarte corredentora, mediadora, Madre de todos, ternura de Dios para los pobres.
Madre de la Merced, enséñanos a valorar nuestra fe cristiana, haznos capaces de amar con caridad mercedaria, conviértenos en portadores de paz.
Que tus besos derritan la violencia que nos envuelve, hasta que recuperemos, en tu regazo materno, la ilusión de familia, transformado el mundo en un hogar.
Bendice esta ciudad tuya, que te proclama patrona y princesa y gusta, enamorada, de llamarte madre.
Amén.
Fuentes: Arzobispado de Tucumán – Arzobispado de Barcelona







