Cine: «El canto del cisne»
Crítica de cine, por Horacio Steffanina
El canto del cisne. 2021. Benjamin Cleary
Debo empezar esta crítica diciendo que pocas veces he experimentado una catarata de sentimientos y sensaciones como observando este film. Literalmente uno se queda hipnotizado con esta historia intimista y absolutamente personal que nos conmueve profundamente.
El guión se puede resumir en pocas palabras. En un futuro cercano, Cameron Turner, interpretado por Mahershala Ali, ganador de 2 Óscar de la academia, es diagnosticado con una enfermedad terminal y decide acceder a una investigación experimental con la intención de no dejar sola a su familia.
El experimento consiste en reemplazar su persona por un clon exactamente igual y dotado de su memoria y sentimientos. Para que su doble tenga sus mismas experiencias y el protagonista este seguro a su vez de que se trata de una copia idéntica, ambos deben convivir en el laboratorio durante una semana. Los recuerdos serán a futuro borrados para que no quede ningún rastro de la suplantación. La médica a cargo de todo el proceso es la fantástica Glenn Close. Los diálogos entre ellos, siendo ambos la misma persona, con las mismas vivencias y sentimientos, son de antología. Su desconfianza, sus secretos íntimos, su amor por su familia, vistos desde 2 caras de la misma moneda, nos conmueven y sorprenden.
Para que la película sea creíble, el director ha optado en primer lugar por presentarnos la sociedad del futuro como algo terriblemente organizado y pulcro. Para ello se apoya en una ambientación sobria y sin extravagancias, combinando paisajes y decorados de gran belleza. La fotografía es magnífica. Siempre tenemos la sensación de que todo está donde tiene que estar. Los tiempos son manejados también en forma eficiente, hay varios flashback que nos ayudan a comprender las personalidades e historia del matrimonio y su pequeño hijo.
La actuación de Ali, haciendo los dos roles, está a la altura de los grandes actores de la última década y demuestra sobradamente que es uno de los mejores del momento. Su dolor es genuino, la sensación de pérdida y su determinación de no abandonar a su esposa embrazada, Naoemie Harris, y su hijo son expresadas de manera insuperable. En todo momento vemos y entendemos su sufrimiento.
Estamos ante un relato de ciencia ficción en un futuro hipotético y desesperanzado, para poder disfrutarlo, debemos aislarnos de juzgar la ética y la falta de espiritualidad para dejarnos llevar por las emociones. No hay forma de ponerse en la piel del protagonista de otra manera.
Me atrevo a decir que es una de mejores películas de año. Imposible permanecer indiferente.
Según mi modesta opinión 9/10.