Estrenos: Sin tiempo para morir 08/10
Por Horacio Steffanina
Estrenos de cine
Sin tiempo para morir. Cary Fukunaga. 2021
Desde la aparición en pantalla del Satánico Dr. No, en el año 1962, no cabe la menor duda que la saga del agente 007, creada por la pluma de Ian Fleming, se ha convertido en todo un símbolo en lo que respecta a superproducciones de acción y suspenso. Con todo lo bueno que supieron dar al entretenimiento, siempre mantuvieron una línea conductora respetando el personaje original. Bueno, hasta ahora.
Sean Connery, entre todos los actores que han dado vida al icónico agente, es a mi modo de ver el que más se asemeja al estilo original. Con el transcurso de los años, los protagonistas han ido cambiando y con ellos también la imagen.
Desde el año 2016, con Casino Royale, el agente es encarnado por Daniel Craig, un actor que no se caracteriza por su sentido del humor e ironía, algo que siempre estuvo presente en los anteriores. Su interpretación es más vale dramática, aunque, también hay que reconocerlo, es impecable en las acciones donde se requiere una entrega física, algo que con los nuevos efectos especiales de las producciones actuales es absolutamente imprescindible.
Sin embargo, lo que se gana en acción y dramatismo, se pierde en glamour, algo que Roger Moore, por ejemplo, supo dar de forma absolutamente inolvidable.
El personaje de Bond, se ha ido humanizando en las últimas cintas. Ya no es tan intocable, ni tan mujeriego. Su famosa licencia para matar no es tal, y pareciera que lleva una carga de conciencia en sus acciones. Algo lógico, más acorde a la época actual y que sabíamos que iba a suceder con la elección de Sam Mendez, ganador de la estatuilla dorada por Belleza Americana en el año 1999, para las 2 anteriores entregas de la saga, Operación Skyfall (2012) y Spectre (2015).
Esta vez la dirección ha caído en manos de Cary Fukunaga, un director que en la fantástica serie True Detective, ha dado sobradas muestras de estar a la altura del desafío.
Sin embargo, después de ver la película, uno queda con la sensación de que Bond está lejos de ser el agente 007.
La película es buena, combina acción, romance y dramatismo en su justa medida. Hay momentos de tensión muy bien logrados, como la escena de Italia. Pero también hay desajustes. El villano interpretado por Malek es patético. Quizás el punto más flojo. Malek, a mi modo de ver es un actor sobrevalorado y en esta ocasión muy poco inspirado. Curiosamente, el punto más alto, está en la química producida entre el protagonista y Ana de Armas, una actriz en ascenso, que tiene un gran talento actoral, más allá de su indiscutida belleza. Lo que también deja flotando un aire a melodrama que lo aleja definitivamente de su esencia.
Sin dudas es la despedida de Daniel Craig como 007, y todo funciona como una continuación de lo que ya se había insinuado en Spectre. Por el lado de la ficción, habrá que ver si Bond puede convertirse en un ciudadano común y corriente. Pero, para muchos fanáticos de la saga, la trama es una traición al espíritu original. Muchos, entre ellos el famoso escritor Pérez Reverte, han encontrado decepcionante el cambio.
Por mi parte, creo que estamos ante una gran película, de esas que no hay que dejar de ver. Tal vez, nostálgicamente, me hubiese gustado otro rumbo, pero nuca me sentí defraudado. Habrá que ver como continua la historia.
Mi consideración 8/10.