En un gesto de profunda espiritualidad y discernimiento, el Directorio realizó un retiro espiritual este fin de semana, guiado por el padre César Garcés, Presidente de Fasta La jornada, que se llevó a cabo en la Casa de Ejercicios Nuestra Señora de Guadalupe, en la localidad bonaerense de Luis Guillón, fue un momento crucial de reflexión y oración.

El retiro se centró en dos pilares fundamentales. El primer día, la meditación giró en torno al “Padre Misericordioso”, invitando a los directivos a profundizar en el amor y la compasión de Dios, elementos esenciales para el liderazgo en la misión apostólica. El segundo día, la reflexión se centró en la Eucaristía, fuente de toda vida y misión, reafirmando el compromiso del Directorio con Cristo.

Durante la noche del sábado se realizó un momento de Adoración al Santísimo que fue guiada por la profunda reflexión del padre Juan Marchetti quien llegó especialmente para este momento.

La importancia del retiro para la misión

Este tipo de encuentros de oración y silencio son vitales para los equipos de dirección de un movimiento apostólico. En medio de las múltiples tareas de gestión y planificación, el retiro espiritual permite no perder el enfoque principal: la tarea apostólica. Es una oportunidad para que los líderes renueven sus fuerzas en la fe, revitalicen su vocación y, como el Padre Fundador enseñaba, mantengan un corazón de «contemplativos en la acción».

El retiro sirve para recordar que la misión de Fasta no es una simple labor humana, sino una obra de Dios que requiere una constante vida de gracia. Al dedicarse a la reflexión y la oración, el Directorio se augura que sus decisiones y proyectos estén siempre guiados por el Espíritu Santo y al servicio del Reino.