«Todos los miembros de Fasta tenemos la responsabilidad de sostener y hacer crecer la Ciudad»
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- Nelson Santillan
- 9 de octubre de 2021
- Consejo Plenario 2021 FASTA Presidente de Fasta
«Todos los miembros de Fasta tenemos la responsabilidad de sostener y hacer crecer la Ciudad» afirmó el Padre César, Presidente de Fasta en su discurso de apertura del Consejo Plenario. «Estamos en un “CAMBIO EPOCAL”. Esto es una clave de bóveda para entender el presente. ¿Qué se entiende por cambio epocal? ¿Cuáles son los tips que lo definen? ¿Cómo se para la Iglesia frente a esto?» afirmó luego.
El discurso completo del Padre César Garcés:
Buenos Aires, 9 de octubre de 2021, Año del Señor.
Mensaje de apertura del Presidente de Fasta
Mil. Pbro César W. Garcés Rojas
al Consejo Plenario de Fasta 2021
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El Consejo Plenario de la Nueva Evangelización
“Si estás listo para escuchar, tendremos un gran futuro.
Pero si te negás a escuchar, te devorará la espada”
(Isaías 1, 18-20)”. (Soñemos juntos. Pág.5- Prólogo)
A).- Lectura del Santo Evangelio:
Evangelio Según San Lucas (24, 13-35) – Los discípulos de Emaús Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos.
Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!». «¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo
nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les había aparecido unos ángeles, asegurándoles
que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron».
Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No será necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?» Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras lo que se refería a él.
Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba». El entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista.
Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?».
En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: «Es verdad, ¡El Señor ha resucitado y se apareció a Simón!».
Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra de Dios.
B).- Introducción.
Muy estimados hermanos:
● Iniciamos un Consejo Plenario. El Consejo Plenario, por cierto, es un hecho de
naturaleza política; aunque también es cierto que, por sobre todas las otrras
dimensiones, un Plenario es un acontecimiento meta político: un “tiempo” de la Ciudad
que expresa la profunda raigambre de nuestro carisma en el misterio de la Iglesia.
Estamos ante un acontecimiento eclesial en el que toda la Ciudad se dispone a
contemplar el misterio de Dios que pasa entre nosotros; se predispone a construir y
sostener en la misión la vocación; se prepara para proteger la comunión en Cristo.
● Iniciamos una vez más un Plenario. Nos toca, como siempre, la responsabilidad y la
alegría de mirar a la misión a la luz de nuestra vocación eclesial.
● Estamos de lleno en una etapa de la historia en la que la Iglesia plantea el desafío de
una Nueva Evangelización. Por eso, queridos camaradas, estamos comenzando a vivir el
Consejo Plenario de la Nueva Evangelización.
“La Ciudad Miliciana, “Fraternidades y Agrupaciones Santo Tomás de Aquino”, será
entonces un gran espacio abierto a la salvación como signo del Reino de los Cielos,
en el cual los milicianos sacerdotes y laicos, se comprometen a contemplar, construir,
sostener y proteger la comunión eclesial que los ha convocado a una misma misión,
desde la vocación laical o sacerdotal.- “ (Preámbulo Fundacional n°1)
● Este Consejo Plenario de la Nueva Evangelización, entonces, ha de asumir a la Ciudad
desde la plenitud de su misión y vocación evangelizadora: su responsabilidad como
órgano supremo es poner a toda la Ciudad en tensión y servicio del bien común de la
Iglesia, para ofrecer desde la Ciudad, un Evangelio hecho vida en el «hoy del hombre».
C) Exposición.
En primer lugar, enunciemos ciertos fundamentos que nos ordenan permanentemente, y
nos orientarán especialmente en las sesiones que tendremos durante este mes de octubre
de 2021. Entre los posibles, elegimos seis:
1.- Como dice nuestro Fundador: Fasta no camina ni delante ni detrás de la Iglesia,
camina con los pasos de la Iglesia.
2.- Cuando decimos “lectura de los signos de los tiempos”, significa, ni más ni menos,
descubrir el paso de Dios en la historia. En toda la historia y en nuestra historia
3.- La Nueva Evangelización. La Iglesia, parada frente a una nueva realidad, frente a una
encrucijada de la historia y un cambio de paradigmas radical, hace un fuerte y vivo
llamado para hacer nuevamente presente a Cristo vivo en el corazón del hombre y de
las culturas de hoy.
4.- La Iglesia asume la experiencia de un camino sinodal como modelo.
5.- Somos protagonistas de un momento histórico: el de la madurez de la Ciudad.
Estamos frente a un paso maravilloso: del carisma del Fundador, al carisma participado
en la Comunidad.
6.- Como Consejo, debemos asumir los retos y un nuevo liderazgo político de la Ciudad,
para definir los grandes lineamientos sapienciales, apostólicos y organizacionales de la
Ciudad Miliciana.
C.1. Lo perenne: Fidelidad a lo que somos
“Nuestra identidad miliciana tenemos que buscarla en la respuesta personal frente al
ideal asumido, que supone una opción consciente, con todas las implicancias, para el
testimonio de la fe y el servicio perseverante del Bien Común, de Dios y de la Patria.
(Cfr. D’Agostino, Oscar Carlos: Carta a los milicianos 7/7/72 – Pág. 2)”. (Preámbulo
Fundacional, n° 28)
● La autoconciencia eclesial nos pone frente a la identidad carismática en la que
descubrimos dones y frutos.
Video a los Focolares con motivo de la presentación de la nueva presidenta.
● Cuando nos planteamos la mirada que debemos hacer hacia atrás, recordemos siempre
que es es la de quien asume un patrimonio que le ha sido dado como un tesoro.
“Debemos recordar siempre que donde se deposita la fe, se pone el corazón; y en
donde se pone el corazón, se compromete la vida. Queda así signada la vida miliciana
con un estilo propio que marca nuestra existencia en la cotidiana fidelidad a las
promesas y fines institucionales. Un estilo que no es moda, sino modo; un estilo que
es virtud, condimentado con la sal de la alegría de quien se reconoce valioso porque
sirve.” (Preámbulo Fundacional, n° 28)
● Se plantea en esta etapa una encrucijada que podríamos resumir mediante un binomio
conceptual: fidelidad y renovación.
● En la Iglesia, la relación entre ambos términos es dialógica. A diferencia de otros
ámbitos seculares, la luz del Evangelio permite una dinámica dialógica en la que
podemos renovarnos, siendo fieles.
● ¿Desde dónde podemos y debemos leer las cosas para comprehender la dialógica entre
“fidelidad-renovación”?
o Desde el Vaticano II, que impulsa un renovado diálogo Iglesia-Mundo.
o Desde Tertio Milennio Inneunte, dónde desde el Espíritu Santo nos coloca en el
misterio de la historia transfigurada por el amor del Padre.
o A partir del llamado de San Juan Pablo II a una nueva evangelización: nueva en sus
métodos, nueva en su ardor, nueva en sus expresiones. (cfr. S. Juan Pablo II ante la
Asamblea General del Celam marzo de 1983)
o Desde el Preámbulo Fundacional, entendido como nuestra Carta Magna
o Apoyados en Fasta y la Nueva Evangelización (2013), donde nuestro Fundador marca
el rumbo a la Ciudad frente a los nuevos desafíos.
o En el llamado del Papa Francisco a un salto epocal, colocando a Cristo en el centro;
exige un salto espiritual personal; y pone en el centro del apostolado la misericordia.
● En esta dialógica “fidelidad y renovación”, recordemos un principio que nos marca una
cuestión fundamental: a “mayor extensión, menor comprensión…” y viceversa. Cuando
decimos “mayor extensión”, afirmamos que las exigencias de la Iglesia a los
Movimientos para asumir nuevas fronteras, periferias, constituyéndose en “Iglesia en
salida” a la nueva evangelización; supone riesgos y desafíos. Nos interpela a respuestas .
Estas respuestas comportan “desafíos”:
o Ser fieles a lo que somos
o Ser Fieles a lo que la Iglesia señala que somos
o ASer fieles a los dones carismáticos.
o Ser fieles al llamado de la Iglesia a evangelizar.
C.2. El presente. Asumir nuestra encrucijada histórica
“Nuestros milicianos, seglares inspirados en la espiritualidad dominicana y
comprometidos con la Iglesia y con la Patria, son hombres de acción. Esa acción que
permitirá cumplir con la misión de «asumir las estructuras temporales para
ordenarlas según el espíritu del Evangelio» y de acuerdo a nuestro propio estilo,
ideario y vocación institucional, no debe entenderse como una simple praxis
coyuntural. Para nosotros la acción tiene una particular característica. Es la acción
que se proyecta para el cumplimiento del ideal. Compromete, de este modo, nuestra
realización personal, en primera instancia y, consecuentemente, la realización
institucional. Ninguna de las dos vale por sí misma.” (Preámbulo Fundacional, n° 28)
Estamos iniciando un punto de inflexión de la Ciudad. Podemos ver esto en una realidad
contundente: ya no está sentado en la cabecera de este cuerpo nuestro Padre Fundador.
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Gracias a Dios aún hoy sigue acompañándonos. Pero en la adultez de nuestro carisma, nos
toca a nosotros, todos los miembros de Fasta organizados en un Plenario, la responsabilidad
de sostener y hacer crecer la Ciudad.
● AHORA nos toca conducir la Ciudad, esa es nuestra responsabilidad.
● Hemos de plantear que lo que tenemos, en el contexto que nos rodea, nos reclama una
relectura. Tenemos como comunidad de gracia fundacional, la misión de leer esta
realidad en la cual, el paso de Dios se actualiza permanentemente.
Estamos en un “CAMBIO EPOCAL”. Esto es una clave de bóveda para entender el presente.
¿Qué se entiende por cambio epocal? ¿Cuáles son los tips que lo definen? ¿Cómo se para la
Iglesia frente a esto?
Nos da varias respuestas a estas preguntas el mismo Papa Francisco:
“…Veo este momento como la hora de la verdad. Me hace recordar lo que Jesús le
dijo a Pedro: Satanás quiere «zarandearte como el trigo» (Lucas 22, 31). Es un
momento en que se sacuden tanto nuestras categorías como nuestras formas de
pensar y entran en cuestionamiento nuestras prioridades y estilos de vida. Cruzás un
umbral, ya sea por decisión propia o por necesidad, porque algunas crisis, como la
que estamos atravesando, no las podemos evitar.…
Estamos viviendo un momento de prueba. … Es así como crecemos. (Soñemos
Juntos, pág.1. Prólogo)
● En numerosas enseñanzas, el Papa nos señala que estamos frente a un Nuevo Mundo,
que nos interpela. Este mundo se presenta con:
o Una nueva antropología.
o Una nueva realidad: la fuerza de la era digital; la tecnología presente en la vida diaria.
o Un quiebre de los referentes racionales y la aparición de nuevas «inteligencias»: la
inteligencia emocional, la inteligencia artificial.
o Nuevos modos, realidades y costumbres sociales.
o Nuevas formas políticas e institucionales.
o Una mayor importancia del «factor tiempo» que del «factor espacio» en la cultura, las
costumbres e instituciones actuales.
o Una pandemia y los comportamientos sociales y políticos como consecuencia de ella.
o Una crisis absoluta de realidades que hasta ahora nos contuvieron: familia,
instituciones, orden social y político, relación con el orden natural, etc. Lo que se
denomina «modernidad liquida» ha convertido en un gran «flujo»» a lo que antes eran
instituciones sólidas e historicas.
o Una fuerte aceleración de los cambios históricos.
o Una globalización con su consecuente desplazamiento del poder político y
económico, de los órganos tradicionales hacia algunos centros de poder privado.
● En este contexto somos llamados por el Papa a una Nueva Evangelización:
o Llama a transmitir la experiencia de Cristo vivo, hoy.
o Asumir las nuevas realidades que comprometen al hombre de hoy: nuevos modos
sociales y familiares, comunicaciones, arte, cuidado de la casa común, nuevas
realidades juveniles etc.
o Predicar el evangelio a cada hombre en concreto: no a las “abstracciones” ni desde
visiones ideológicas
Nuestro Fundador también responde aquellos interrogantes que hacíamos recién. Él, señala
esta vocación-misión eclesial de Fasta presente en las entrañas mismas de nuestro carisma:
“Se trata de construir las dos ciudades integrando fe y razón. Para ello F.A.S.T.A.
aspira a instaurar un diálogo profundo con el mundo de hoy, marcado por un radical
proceso de secularización, pero a partir de una visión conscientemente esperanzada
en la historia de la humanidad. Se tratará entonces, de respetar los valores del
mundo, sostener sus esfuerzos, sacralizar sus aspiraciones, empleando «la voz fácil y
amiga de la caridad pastoral» (cfr. Pablo VI, alocución 7/12/65) tratando siempre de
expresarse con el estilo de la conversación corriente de hoy, recurriendo a la
experiencia vivida y al empleo del sentimiento cordial” (Preámbulo Fundacional, n°
21)
Este cambio epocal, además, afecta a nuestra misma Ciudad por procesos propios. Estamos
iniciando una nueva etapa de la Ciudad Miliciana:
o Vivimos el primer Plenario con un nuevo Presidente.
o Vivimos una era donde a toda la comunidad le cabe la responsabilidad de “caminar
juntos”, ejerciendo el carisma fundacional.
o Ejercemos este carisma comunitario supone, además, el discernimiento del bien
común de la Ciudad: cuidar la unidad y evitar las dialécticas
o Nos adentramos en una etapa donde tenemos la necesidad de escuchar al hombre
de hoy quien, muchas veces, no quiere hablarnos.
o Iniciamos una era en la que debe encontrarnos “purificados”. Es imperioso curarnos
haciendo el recorrido que parte del presente, para volver a los orígenes. Parados y
contemplando con gozo esos orígenes, analizamos el hoy. Desde la conciencia
reafirmada de nuestra identidad y patrimonio, volvemos a recorrer el camino.
● En este cambio epocal, al contemplar los orígenes, asumimos y reafirmamos que somos
una “Ciudad Eclesial”: una Ciudad de salvación, abierta a todos los estados de vida
cristiana.
● Además, contemplando esos orígenes, nos renovamos espiritualmente en los pilares
propios de nuestra identidad:
o El carisma del Fundador como gracia de Dios para la salvación en comunidad.
o La Ciudad Miliciana como política de apostolado.
o La espiritualidad dominicana asumida con talante propio: la impronta de los laicos y
la familia.
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o La familia, que, con sus nuevas realidades vivenciales, constituye un ámbito de
apostolado privilegiado.
o La juventud, como una realidad social definida que debe ser entendida, acompañada
y custodiada.
o El aporte de lo católico en la cultura actual y sus nuevos areópagos.
C.3. El Futuro . Caminemos juntos, atrevámosnos a soñar.
Con la Iglesia, afirmaremos siempre la centralidad de Cristo en nuestra vida personal y
comunitaria. Esto es los que siempre nos enseña el Fundador cuando nos dice que todo
parte de “construir la invisible presencia de Dios en nuestros corazones» y, desde allí, «la
construcción de la Ciudad de Dios en Medio de los hombres”.
● “Caminaremos juntos” para discernir el paso de Dios en medio de nosotros: lo que antes
hacía el Fundador por carisma propio, reiteramos, hoy nos toca como comunidad
eclesial, por carisma participado.
Video del Papa sobre la Nueva Evangelización.
Viviremos un tiempo y un modo sinodales. Dice el Papa que
“Sínodo proviene del griego syn-odos, «caminar juntos», y ese es su objetivo: no se
trata tanto de forjar un acuerdo, sino de reconocer, valorar y reconciliar las
diferencias en un plano superior donde cada una pueda mantener lo mejor de sí
misma. En la dinámica de un sínodo, las diferencias se expresan y se pulen hasta
alcanzar una armonía que no necesita cancelar los bemoles de las diferencias.
(Soñemos juntos. Pág.84)
“Ahí reside su belleza: la armonía que resulta puede ser compleja, rica e inesperada.
En la Iglesia, es el Espíritu Santo quien provoca esa armonía.” (Soñemos juntos,
Pág.85)
“… porque a Dios se lo reconoce en la experiencia de la vida real. Declararon que
«fue el parecer del Espíritu Santo y el nuestro» (Hechos 15, 28) no imponer a los
cristianos no judíos las normas de la ley judía. Fue un nuevo comienzo que cambió el
curso de la historia.” (Soñemos juntos, Pág.85)
“… en la historia de la Iglesia, el cristianismo nunca se limitó a una cultura particular,
sino que se enriqueció con las culturas de los pueblos donde se arraigó. Cada uno de
estos pueblos experimenta el don de Dios según su propia cultura, y en cada uno de
ellos la Iglesia expresa su verdadera catolicidad, la belleza de sus múltiples y diversos
rostros.” (Soñemos juntos, Pág.85)
“Al hablar de sinodalidad me parece importante tener cuidado de no confundir
doctrina y tradición con las normas y prácticas eclesiales. Lo que se pone en discusión
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en los encuentros sinodales no son las verdades tradicionales de la doctrina católica.
Al sínodo le interesa principalmente preguntarse cómo vivir y aplicar las enseñanzas
en los contextos cambiantes de nuestro tiempo” (Soñemos juntos, Pág.85)
● Asumiremos juntos, centrados en los principios no negociables que respaldan nuestro
ideario, los nuevos desafíos que la Nueva Evangelización presenta a nuestra Ciudad:
o La participación viva en la vida de la Iglesia.
o La comunidad de la Ciudad como resguardo de la persona y la familia.
o El diálogo entre las generaciones.
o El reto que supone a nuestra fe la cultura progresista: su metafísica, su
antropología, sus valores e instituciones. Ante esto, la necesidad de gestar
una nueva urdimbre cultural y social desde la integración fe-cultura.
o El apostolado social: las realidades que reclama la Iglesia para atender las
obras de misericordia, y qué respuesta daremos ante ellas.
o El mundo del arte, y el reto que supone para nuestra Ciudad asumir
profundamente esta dimensión que tanto impacto tiene en la conformación
de este tiempo.
o El cuidado de la casa común, llamado que nos hace Francisco, para incorporar
en nuestros programas y acciones apostólicas la conciencia del cuidado de la
creación.
o Las comunicaciones, y el peso político, social y cultural que tienen.
o La economía y la empresa, la necesidad de forjar una nueva economía y la
apertura a nuevas realidades.
o Los niveles de participación en la construcción política de nuestras
sociedades.
Todo esto asumido como nos enseña nuestro Fundador:
“Con sus tareas apostólicas, F.A.S.T.A. quiere hacerse salvadora y promotora del
hombre de hoy. Por eso, frente al descubrimiento de las necesidades humanas, a
ejemplo de la vieja historia del samaritano, los miembros de F.A.S.T.A. deben
detenerse a considerar más el aspecto dichoso del hombre que el desdichado; más
que una condenación, volcar hacia el hombre una corriente de afecto y admiración.
Esta actitud de inmensa simpatía hacia el hombre y la sociedad que lo rodea, no
significa desconocer y, aún más, no reprobar sus errores, como exigencia propia de la
caridad que inspira toda acción evangelizadora. Se trata, sin embargo, de que, para
las personas como tales, haya respeto, invitación y amor.” (Preámbulo Fundacional,
n° 22)
En estos momentos que vive la humanidad, como Ciudad debemos poner nuestro carisma al
servicio urgente que reclama la Iglesia:
“En momentos de crisis se ve lo bueno y lo malo: la gente se muestra tal cual es.
Algunos dedican tiempo a servir a los que lo necesitan, mientras que otros se sirven
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de los demás. Algunos salen al encuentro de los demás, mientras que otros se
refugian detrás de una coraza” (Soñemos Juntos. Pág. 2 – Prólogo)
“Pensemos en el buen samaritano: se para, se acerca, actúa, se mete en el mundo del
hombre herido, en el sufrimiento del otro, y así crea un futuro nuevo” (Soñemos
Juntos. Pág.3 – Prólogo)
“Abrazar la Cruz, confiados en que lo que viene es vida nueva, nos da el coraje para
dejar de lamentarnos y salir al encuentro para servir a los demás y así suscitar el
cambio posible, que solo nacerá de la compasión y el servicio” (Soñemos Juntos.
Pág.85 – Prólogo)
En este futuro que soñamos al servicio de la misión de la Iglesia ¿Qué aportamos a la Nueva
Evangelización como Ciudad Miliciana?
● Una comunidad eclesial ordenada al protagonismo apostólico de los laicos.
● La fraternidad, como modo de vida cristiana: una relación de amistad y comunión
familiar entre laicos y sacerdotes.
“La era moderna —que tanto desarrolló y proyectó la igualdad y la libertad— ahora
necesita añadir, con el mismo impulso y tenacidad, la fraternidad para enfrentar los
desafíos que tenemos por delante. La fraternidad dará a la libertad y a la igualdad su
justa sinfonía”. (Soñemos Juntos. Pág.7 – Prólogo)
● Aportamos un estilo de vida que asume un cristianismo militante.
● Una vocación por cosas grandes.
● La formación personal, para dar razones de la fe y vivir en plenitud la caridad.
● La alegría serena y profunda como tono de vida, porque nos inspira la Esperanza.
● Un espacio eclesial que abre y encauza la vocación cristiana a todos los miembros de
la familia.
● Un sereno y esperanzado amor a la Patria.
Como Presidente, entonces, ¿A qué los convoco?
● A asumir la Nueva Evangelización desde la Ciudad Miliciana.
● A expandir sus fronteras: comunidades y obras.
● A llegar y convocar a los que están en «nuestra periferias», saliendo a los buscar a los
que quedaron heridos en la travesía.
● A tener un tono de conquista, de crecimiento, con talante épico, lejos de lo burgués y
lo burocrático.
● Asumir el patrimonio recibido, consolidar los logros, sostenerlos y acrecentarlo.
Francisco lee este tiempo:
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“Veo un desborde de misericordia derramándose a nuestro alrededor. Los corazones
han sido puestos a prueba. La crisis ha suscitado en algunos un coraje y una
compasión nuevos.” (Soñemos Juntos. Pág.7 y 8 – Prólogo)
D) Conclusión.
Dice el Papa Francisco:
“Este es el momento para soñar en grande, para repensar nuestras prioridades —lo
que valoramos, lo que queremos, lo que buscamos— y para comprometernos en lo
pequeño y actuar en función de lo que hemos soñado. Lo que oigo en este momento
es semejante a lo que Isaías le oyó decir a Dios a través de él: «Vení, hablemos sobre
esto. Atrevámonos a soñar». (Soñemos Juntos. Pág.6 – Prólogo)
Termino con las palabras de nuestro Fundador en el final del Preámbulo Fundacional:
“Es en esta vida miliciana donde nuestra existencia comunitaria adquiere todo su
sentido teológico. Nos incorporamos a las filas de un ejército salvífico que solo
admite como conductor a Aquel cuyo nombre está por sobre todo nombre: el Cristo,
Rey de los ejércitos, nos convoca.
“Somos para el Señor; no entendemos de otro modo esta peculiar forma de ser
miliciana que corona su plenitud de sentido en una constante pertenencia al Creador.
Es que no podemos concebir la existencia humana de otro modo y, mucho menos, la
de una comunidad cristiana militante. Solo aquí encontraremos el fundamento de
nuestra obediencia libre frente a los designios de la Providencia.
«Estad, pues, alertas y ceñidos vuestros lomos con la verdad; revestid la coraza de la
justicia y calzados los pies, prontos para anunciar el Evangelio de la Paz. Embrazad en
todo momento el escudo de la Fe, con que podáis hacer inútiles los encendidos
dardos del maligno. Tomad el yelmo de la salud y la espada del espíritu que es la
palabra de Dios.» (Ef. 6,14-18).
Queridos Hermanos. Queridos laicos. Queridos sacerdotes. Queridas Catherinas. “La
respuesta es clara: » A tus órdenes Señor, pues Tú nos llamas».
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