Navidad en Kinshasa: la comunidad realiza una colecta para los más necesitados

Nelson Santillan

Kinshasa, República Democrática del Congo – La solidaridad no conoce fronteras, y así lo ha demostrado una vez más la comunidad del Colegio Fasta Père Fosbery en Kinshasa. Como cada año durante los tiempos litúrgicos fuertes, el colegio ha llevado a cabo una importante campaña de recogida de alimentos y ropa entre sus alumnos y padres para llevar esperanza a las zonas más vulnerables de la capital congoleña.

Este año, la ayuda ha sido canalizada a través de una misión muy especial en la Parroquia Sainte Joséphine Bakhita, encabezada por la hermana Estela Maris, misionera argentina de la congregación de las Misioneras Siervas del Espíritu Santo (M.S.Sp.S.).

Un gesto de amor directo al corazón de la pobreza

La iniciativa, que comenzó años atrás de la mano de Cecilia Noriega  y que hoy continúa creciendo con la cooperación activa de los padres de familia, logró recolectar este año 400 kilos de comida y una importante cantidad de ropa. Daniel Medina afirmó que «la entrega se realizó esta semana, permitiendo que la hermana Estela Maris y su equipo gestionen estos recursos para que las familias de una zona extremadamente pobre de Kinshasa puedan celebrar la Navidad con mayor dignidad».

«Es un gesto que hemos continuado y que cada vez cuenta con más apoyo. Lo estamos haciendo de forma más directa para que llegue a quienes más lo necesitan», comentó Daniel.

Labor en la parroquia santa Joséphine Bakhita

La hermana Estela Maris compartió detalles sobre el trabajo diario que realizan las Misioneras Siervas del Espíritu Santo en esta comunidad, una labor que va mucho más allá de la asistencia alimentaria:

  • Formación y Catequesis: Trabajan intensamente con niños y jóvenes, además de ocuparse de la formación de los catequistas locales.

  • Empoderamiento de la Mujer: Acompañan a mujeres viudas en talleres de costura, confeccionando ropa y alfombras, y en la elaboración de pomadas medicinales.

  • Comunidad y Embellecimiento: A través del grupo «Mamas Flor», se dedican a la plantación de flores y la decoración de la iglesia, fomentando el sentido de pertenencia y cuidado del templo.

  • Acompañamiento Vocacional: Brindan guía a aspirantes de diferentes congregaciones religiosas.

El legado de santa Josefina Bakhita

El nombre de la parroquia, Sainte Joséphine Bakhita, no es casual y añade un profundo sentido espiritual a esta ayuda. Santa Josefina Bakhita (1869-1947), nacida en Sudán, es la santa patrona de las víctimas de la trata de personas y de Sudán.

Bakhita vivió en carne propia los horrores de la esclavitud desde los nueve años, sufriendo torturas y siendo vendida en múltiples ocasiones. Sin embargo, tras encontrar su libertad en Italia y convertirse al cristianismo, dedicó su vida al servicio humilde y al perdón heroico. Su frase más famosa resume su legado: «Si me encontrase con aquellos que me secuestraron, e incluso con los que me torturaron, me arrodillaría y les besaría las manos. Porque si estas cosas no hubieran sucedido, no habría sido cristiana ni religiosa hoy».

La labor del Colegio Fasta y de la hermana Estela Maris en Kinshasa bajo el patrocinio de Santa Bakhita es un testimonio vivo de que, incluso en las zonas de mayor carencia, la luz de la Navidad y el espíritu del perdón pueden transformar vidas.

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