En un mensaje a la 31ª Conferencia Industrial de Argentina el Papa León XIV los exhorta a trabajar en una economía al servicio del bien común, recordando el ejemplo del siervo de Dios Enrique Shaw
Johan Pacheco – Ciudad del Vaticano
El Papa León XIV envía un mensaje a los participantes de la 31ª Conferencia Industrial de Argentina este 13 de noviembre en el Centro de Convenciones de Buenos Aires, exhortándolos a trabajar en una economía en favor del bien común siguiendo el ejemplo del siervo de Dios Enrique Shaw y la doctrina social de la Iglesia.
“Este espacio nos ofrece, en el marco del Jubileo de la Esperanza, una entrañable ocasión para reconocer que la economía y la empresa, cuando se orientan al bien común, pueden y deben ser motores de futuro, de inclusión y de justicia”, expresa el Pontífice.
La Rerum Novarum
León XIV hace referencia a la Rerum Novarum que “constituyó el acto fundacional de la Doctrina Social de la Iglesia en su forma actual. Allí se denunciaban las condiciones injustas de muchos trabajadores y se afirmaba con fuerza ‘que ni la justicia ni la humanidad toleran la exigencia de un rendimiento tal, que el espíritu se embote por el exceso de trabajo y al mismo tiempo el cuerpo se rinda a la fatiga’ (n. 31)”.
“De igual modo -menciona el Papa-, se subrayaba el derecho a un salario justo, a formar asociaciones y a vivir con dignidad. Estas enseñanzas, nacidas en un tiempo de profundas transformaciones industriales, siguen teniendo una sorprendente actualidad en el mundo globalizado que habitamos, donde la dignidad del trabajador muchas veces continúa siendo vulnerada”.
Sobre el bien común, ha dicho el Papa que este “exige que la producción y el beneficio no se persigan de manera aislada, sino que se orienten a la promoción integral de cada hombre y de cada mujer”. Y subraya lo que apuntaba su predecesor León XIII: “si los trabajadores reciben un salario justo, ello les permite no sólo sostener a sus familias, sino también aspirar a una pequeña propiedad y amar más la tierra trabajada por sus propias manos, de la que esperan sustento y dignidad, y así, abrirse a más altas aspiraciones para su vida y la de los suyos (cf. n. 33)”.
El siervo de Dios Enrique Shaw
El Papa León XIV presentó el “ejemplo luminoso” del siervo de Dios Enrique Shaw, empresario argentino “que entendió que la industria no era sólo un engranaje productivo ni un medio de acumulación de capital, sino una verdadera comunidad de personas llamadas a crecer juntas”.
“Su liderazgo se distinguió por la transparencia, por la capacidad de escucha y por el empeño para que cada trabajador pudiera sentirse parte de un proyecto compartido”, dijo el Papa.
Entre otras cosas, el argentino siervo de Dios, “promovió salarios justos, impulsó programas de formación, se preocupó por la salud de los obreros y acompañó a sus familias en sus necesidades más concretas. No concebía la rentabilidad como un absoluto, sino como un aspecto importante para sostener una empresa humana, justa y solidaria”.
“Pero la coherencia del Siervo de Dios no se limitó al ejercicio de su profesión. También conoció la incomprensión y la persecución profetizadas por Cristo para los que trabajan por la justicia (cf. Mt 5,10)”.
Finalmente, el Papa exhortó a los empresarios a que “trabajen en favor de una economía que esté al servicio del bien común. Que esta Conferencia Industrial sea un espacio para renovar el compromiso con una industria innovadora, competitiva y, sobre todo, humana, capaz de sostener el desarrollo de nuestros pueblos sin dejar a nadie atrás”, dijo.






