Diácono Gabriel Filipe: «Dios me fue diciendo de a poco cuanto me amaba»
El diácono Gabriel Filipe dirigió unas palabras de agradecimiento al final de su ordenación diaconal
Quería agradecer en particular a todos los laicos de Fasta que siempre nos acompañan con su oración y su presencia. A los que viajaron especialmente de otros lugares para acompañarnos. A los dominicos y a los sacerdotes invitados.
Gracias monseñor Alejandro por tu cercanía siempre. Gracias especialmente al coro que siempre nos acompaña con la música hermosa. Hay mucho esfuerzo y ensayo detrás.
Miro para atrás en mi vida y veo la mano de Dios en todas las cosas. ¡Qué otra cosa puedo hacer más que agradecer!
Mi paso por el colegio de Fasta, los amigos, compañeros, maestros, muchos rostros que me marcaron, el Ruca. En todos esos lugares Dios me fue diciendo de a poco cuánto me amaba.
Desde el primer día que entré al Seminario sentí una gran paz, que es la misma que siento hasta el día de hoy. Fueron años de muchas bendiciones , la vida comunitaria, las misiones que visité. Por eso le agradezco especialmente a los formadores que tuve. Gracias también al padre Andrés, al padre César por su testimonio. Gracias a todos los sacerdotes que me guiaron, que me enseñaron. Los llevo en el corazón.
Gracias a la familia, a mis padres especialmente. A través de ellos yo sentí el amor de Dios en mi vida. Sentí el abrazo de Dios Padre.
Finalmente gracias a Dios a quien amo, a quien me consagro, a quien le entrego la vida.
Te doy gracias Señor por tu amor. No abandones la obra de tus manos.