El campamento «Peregrinos de Esperanza», una vibrante experiencia del Ruca Mater Dei de Fasta Valencia, llegó a su fin ayer en la provincia de Albacete, dejando tras de sí la profunda «alegría de las actividades de Fasta» y la satisfacción por la amplia convocatoria lograda. Más de 100 fasteanos de Valencia participaron en esta semana de intenso encuentro, que contó con la asistencia espiritual de los sacerdotes Padre Lisandro Scarabino, Padre Tomás Larrosa y el Padre David Pérez Pazo, recientemente llegado a su España natal.
Desde su inicio, el campamento, que se extendió del 7 al 13 de julio, se propuso «Vivir cada momento con esperanza en Jesús, caminando junto a la Iglesia en este año jubilar». Los objetivos sapiencial y sacral guiaron la propuesta: profundizar la relación personal con Jesús como fuente de esperanza y ofrecer espacios de oración y reflexión para que los niños se acerquen a la fe. A lo largo de los siete días, se alternaron momentos de juego, formación, oración, servicio y vida al aire libre, con la virtud de la Esperanza como eje central.
El Padre Lisandro Scarabino compartió las impresiones finales: «Terminó un nuevo campamento de verano, con la alegría de estas actividades de Fasta, también con la alegría que significó la convocatoria que tuvimos, la presencia de nuevos jefes, la presencia de padres, de miembros de la agrupación mayor que se acercaron, y que también significó la bienvenida al padre David». La llegada del Padre David Pérez Pazo, sumándose al Padre Lisandro y al Padre Tomás, fue motivo de especial celebración.

Voces de la Esperanza Campamentil
La experiencia dejó una huella profunda en los jóvenes participantes, quienes compartieron con entusiasmo sus momentos favoritos:
- Sara, de 11 años, de la sección Herederas, destacó: «Lo que más me ha gustado de este campamento son esas sorpresas tan especiales que hemos disfrutado y las meriendas que con tanto entusiasmo nos preparaban y nos regalaban».
- Otra Heredera, Naya, de 12 años, expresó: «Lo que más me ha gustado es disfrutar con las herederas y las jefas de tanto juegos».
- Los Escuderos, muy entusiasmados, señalaron «la cantidad de juegos que hemos disfrutado como el fútbol loco». David, otro Escudero, resaltó las charlas dedicadas a explicar el nombre y sentido del campamento, «Peregrinos de Esperanza».
- Desde la sección Niños Santos, con su característica alegría, mencionaron que lo que más les gustó fue «mojar a la jefa», «los juegos que hemos realizado» y «las salchichas y chistorras que hemos comido».
El campamento también arroja un balance muy positivo para el futuro del Ruca Mater Dei, ya que el equipo de conducción estuvo formado por 27 jefes, quienes han regresado con todo el entusiasmo y renovadas energías para el próximo año de actividades.
Tal como lo había expresado Javier Gavarrel, jefe del campamento, al inicio: «Los campamentos en Fasta son únicos por la alegría con la que se viven, por la entrega gratuita de los monitores y por el estilo fasteano que nos caracteriza… pero sobre todo, por la presencia de Cristo en medio de nosotros. Tenemos la certeza y la alegría de que todo lo hacemos para que más jóvenes conozcan a Jesús. Él es quien da los frutos; nosotros somos solo instrumentos en sus manos”.
El éxito de «Peregrinos de Esperanza» reafirma la vitalidad del carisma de Fasta en España y la importancia de estas experiencias para la formación integral de los jóvenes, fortaleciendo su fe y su compromiso con la Obra.