“Ya muy cercano, Emmanuel,
hoy te presiente Israel,
que en triste exilio vive ahora
y redención de ti implora”
(Himno de Laudes de España)
La cercanía de nuestro Dios es el motivo de alegría en este día de Navidad. Celebrar la Navidad es celebrar el recuerdo de aquel día en el Señor del cielo y tierra se ha querido hacer uno como nosotros. Ha compartido nuestro tiempo, nuestra tierra, nuestras luchas, nuestras tristezas y alegrías. Y todo con el fin de mostrarnos que estamos hechos para el Reino de los Cielos y que podemos, algún día estar en su presencia en la eternidad.
Sabemos que estamos en esta vida para algún día estar en la Vida. Por eso imploramos la redención de Dios para un día poder reinar con Él.
Que esta cercanía de Dios, del Dios-con-nosotros, nos haga anhelar, en la esperanza que no falla ni defrauda, la Vida junto a Él. Somos peregrinos hacia el Reino de los Cielos, somos, de la mano del jubileo ordinario que acaba de empezar, “peregrinos de esperanza”
¡A tus órdenes!
Con mi bendición
P. Juan Lisandro Scarabino