La Belleza del Arte en la Iglesia: Más Allá de los Prejuicios

Imagen: “La Resurrección” 1977, bronce, de Pericle Fazzini ubicado en el Aula Pablo VI o Sala Nervi

La Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, promulgada durante el Concilio Vaticano II, destaca en su punto 123 una perspectiva vital y flexible sobre el arte en la Iglesia. Este documento, fundamental para la renovación litúrgica, subraya que la Iglesia nunca ha considerado como propio ningún estilo artístico específico. Al contrario, se ha adaptado a los diversos pueblos, tiempos y ritos, acumulando así un tesoro artístico digno de preservarse.

A lo largo de la historia, la Iglesia ha adoptado y fomentado una variedad de estilos artísticos, desde el románico hasta el barroco, cada uno reflejando su tiempo y contexto cultural. Este enfoque inclusivo ha permitido que el arte sacro evolucione y se enriquezca, formando un patrimonio que no solo embellece nuestros templos, sino que también eleva nuestras almas hacia lo divino.

Hoy, el arte contemporáneo también encuentra su lugar en la Iglesia. La Sacrosanctum Concilium nos llama a ejercer este arte con libertad, siempre que honre y reverencie los espacios y ritos sagrados. Sin embargo, debemos reconocer que muchos católicos enfrentan prejuicios hacia el arte contemporáneo, a menudo porque no lo entienden o porque esperan algo distinto de él. Esta incomprensión puede llevar al rechazo de expresiones artísticas que, aunque modernas, tienen el potencial de enriquecer nuestra experiencia de fe.

El arte, en su diversidad y riqueza, se convierte en un «admirable concierto» que une las voces de los grandes artistas del pasado con las de hoy. Así, cada obra, antigua o moderna, canta a la fe católica, tejiendo un tapiz de belleza que trasciende el tiempo y el espacio.

Para superar estos prejuicios, es esencial abrir nuestros corazones y mentes al arte contemporáneo, reconociendo que, aunque pueda desafiar nuestras expectativas, también puede ofrecer nuevas perspectivas y profundizar nuestra espiritualidad. La innovación en el arte no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad para descubrir nuevas maneras de conectar con lo sagrado.

La Sacrosanctum Concilium nos invita a preservar y enriquecer el tesoro artístico de la Iglesia, promoviendo una expresión artística que, sin perder de vista la tradición, abraza la innovación y la diversidad cultural. Un llamado a los artistas de hoy a contribuir con su talento, sabiendo que sus obras pueden ser parte de este vasto y sagrado concierto de fe.

Lic. Carola Foster, Editora de Arte y Cultura