Juan Ignacio Spinelli: Prosa y Poesía en la vida de la Ciudad Miliciana
- 267 Views
- Nelson Santillan
- 3 de octubre de 2024
- Via Pulchritudinis
Juan Ignacio Spinelli no es fácil de descifrar. A primera vista, su agudo sentido del humor, reservado solo para los más cercanos, podría confundir. Pero detrás de esa ironía hay una profundidad que transforma cada palabra y cada verso en una lección sobre la vida, el arte y la fe. Su sensibilidad artística está cuidadosamente velada, oculta bajo capas de modestia y agudeza crítica. Con cada conversación, uno va descubriendo nuevas facetas de su persona: el poeta, el cronista, el hombre que hace del arte una herramienta para comunicar lo profundo de lo humano.
Las inclinaciones artísticas de Juan Ignacio parecen haber sido una herencia natural de su entorno familiar. Creció en un ambiente que favoreció su curiosidad artística, lo que despertó en él una sensibilidad especial hacia la expresión creativa. Aunque nunca recibió una educación formal en artes, desde temprana edad mostró una notable capacidad para explorar y plasmar su mundo interior a través de los diferentes lenguajes artísticos.
Fue en su adolescencia cuando comenzó a explorar la poesía, inspirado por autores como Machado, Juan Ramón Jiménez y Bécquer. Aunque en esta etapa su estilo aún no estaba definido, y sus primeras obras carecían de la madurez y profundidad que desarrollaría más adelante, fue un período fundamental en su camino artístico. Esos primeros intentos poéticos, aunque no destacan por su calidad o estilo propio, formaron parte de un proceso necesario para su evolución como poeta. Fue un tiempo de exploración y búsqueda que lo preparó para el desarrollo de una voz más personal y madura que emergería plenamente en su obra posterior.
Desde su ingreso a Fasta a los 14 años como Templario, Spinelli se comprometió profundamente con la vida cultural y espiritual del movimiento. A lo largo de los años, su influencia ha crecido, enriqueciendo la vida comunitaria de Fasta. Su capacidad para expresar los valores del Movimiento a través de la palabra ha dejado huella, y sigue siendo una fuerza activa en la vida de la Ciudad Miliciana.
Estudió Comunicación Social y fue periodista del diario Siglo XXI. En 1992, conmemorando los quinientos años de la Primera Evangelización de América, Spinelli alcanzó un hito importante al ganar el primer premio en un concurso de novela en México con su obra Partida entre dos mundos. Aunque nunca fue editada, esta novela llamó la atención del Padre Fosbery y evidenció el talento de Spinelli como narrador. Esta experiencia fue un impulso para su carrera literaria y una muestra de su capacidad para explorar temas complejos, combinando la narrativa con una profunda reflexión sobre la historia y la identidad.
Su papel en la revista Cumbres y como cronista de eventos importantes permitió que muchos descubrieran la belleza y la riqueza de la historia de Fasta. Sin embargo, fue con la misión del Padre Fosbery de escribir la historia de Fasta cuando Juan Ignacio dejó su marca más duradera. A través de Misterio y Esperanza, capturó la esencia del Movimiento, documentando sus orígenes, luchas y logros, brindando a las futuras generaciones un relato fiel y conmovedor de su recorrido. Este trabajo no solo impactó profundamente en Fasta, sino que se convirtió en un pilar fundamental para la memoria histórica del Movimiento, dándole un sentido de pertenencia e identidad que sigue inspirando a quienes forman parte de la comunidad.
Uno de los ejemplos más conmovedores de su poesía es Oda al Mariscal, escrito durante los últimos días del fundador de Fasta. Este poema no solo rinde homenaje al Padre Fosbery, sino que refleja el profundo respeto y la conexión de Spinelli con los ideales del Movimiento. A través de simbolismos religiosos y bíblicos, como el Lanín como «Tabor» y Jerusalén como «Tierra transfigurada», Spinelli honra la vida del fundador e invita a una reflexión sobre el ideal que permanece más allá de la muerte. La repetición de «Y no te olvides, Mariscal, que solo está cerca el final cuando quedamos sin ideal» muestra que los ideales son inmortales y que, con ellos, la misión de Fasta continúa.
Spinelli no es solo un poeta que mira al pasado; su obra vive en la Ciudad Miliciana. A través de sus cuentos como Las Vueltas de la Muerte y Promesas, explora las dimensiones más profundas de lo humano. En estos relatos, lo cotidiano se transforma en símbolos cargados de significado. El perro Baguette en Las Vueltas de la Muerte es una mascota enferma y un reflejo del paso del tiempo y del apego a la vida. En Promesas, las botellas rotas representan la fragilidad de las promesas no cumplidas, trayendo consigo consecuencias trágicas. Estos elementos muestran la maestría de Spinelli para transformar lo ordinario en algo extraordinario, invitando a la reflexión sobre los aspectos esenciales de la existencia humana.
Además, incursionó en la música, uniendo poesía y guitarra en canciones que acompañaron momentos importantes de la vida comunitaria de Fasta, especialmente en fogones y campamentos. Aunque estas composiciones sencillas lograron crear un ambiente de unión y fraternidad, su verdadero legado artístico se encuentra en su producción literaria y poética. Es en sus escritos donde despliega todo su talento y profundidad, dejando una huella mucho más significativa y duradera.
Recientemente, Spinelli finalizó su última obra: Esa lumbre peregrina, una novela histórica sobre la vida del Padre Ángel María Boisdron, que refleja su habilidad para combinar realidad y ficción de manera que la historia cobre vida. Esta obra, que será presentada al público el próximo 9 de octubre, en el Colegio Fasta Boisdron, en Yerba Buena, Tucumán, es un nuevo testimonio de que Spinelli es una figura activa y creativa, con mucho que aportar a Fasta y a la Ciudad Miliciana. Su presencia no se limita al pasado; sigue contribuyendo con sus escritos y su arte, que continúan siendo una fuente de inspiración y reflexión para la comunidad.
Reconocido como Notable de la Ciudad Miliciana, su legado es un patrimonio invaluable para Fasta. Juan Ignacio Spinelli es un poeta y cronista, un referente de inspiración y un testimonio viviente de cómo la belleza, la verdad y la bondad deben seguir iluminando el camino de la comunidad. Es un artista polifacético que no solo se mueve con facilidad entre la poesía y la prosa, sino que también utiliza su agudeza y humor ácido para enriquecer sus relaciones y su visión del mundo. Su sensibilidad artística, que abarca lo íntimo y lo espiritual, y su habilidad para transformar lo cotidiano en algo trascendente, son claves en su obra. Si yo tuviera que destacar un aspecto en particular, sería su talento para hacer accesible lo profundo y lo trascendente a través de un lenguaje sencillo, directo, pero con un sentido de humor que desarma y conecta.
Lic. Carola Foster, Editora de Arte y Cultura
- Mar del Plata: el Obispo entronizó una reliquia de santa Mama Antula
- Belleza y Esperanza para la Ciudad: Un Camino Inspirado en «Soñemos Juntos»
- “La esperanza no defrauda nunca”: el Papa Francisco publica un nuevo libro en el marco del Jubileo
- Padre César: «Hoy las Catherinas deben ser el Zaqueo de la Ciudad», video
- Fray Alberto Saguier Fonruoge: «Yo encuentro la Orden acá, ustedes son dominicos»
- Julia Elbaba en Julio Parravicini y Carmen Marchetti fueron nombrados Notables de la Ciudad Miliciana
- Padre Fuerza. Dios está con Usted!! Bendiciones !! en El padre Jorge Puigdengolas sufrió un ACV
- Ramona Di Bari en El padre David visita la comunidad de Fasta San Pablo
- Mariana Di Gennaro en San Juan: «Celebramos la vida y la vocación del padre Andrés Yunes»
- Héctor Silverio Brandan en Tucumán: familia de Fasta mantiene viva la devoción por la Virgen del Carmen que se inició hace 320 años