«Brocherizar»: acompañar y llevar verdad a un barrio que necesita ser reconstruido desde Cristo

Nelson Santillan

Una iniciativa de jóvenes de Fasta para evangelizar el barrio porteño de Palermo (Ciudad de Buenos Aires).

La vida de los santos, en la Iglesia católica, tiene un alcance universal. Sin embargo, también es cierto que algunos de ellos responden más cercanamente a la idiosincrasia de los pueblos. Un San Isidro Labrador, un San Fernando de Castilla, un San Antonio María Claret, entre otros, dice mucho más a los españoles que al resto del mundo cristiano. Así sucede con otros países como la Argentina en la cual, si bien no según el número de la Madre Patria, se han hecho presentes “santos de altar”.

Uno de ellos es San Gabriel del Rosario Brochero, popularmente conocido como el Santo Cura Brochero. Nacido en Carreta Quemada (Provincia de Córdoba) el 14 de marzo de 1840, ingresó al seminario de Nuestra Señora de Loreto (Córdoba) el 5 de marzo de1856. Fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Se destacó en la atención espiritual de los enfermos de cólera. Desarrolló su apostolado sacerdotal, sobre todo, en Traslasierra, una extensa región que recorrió, más de una vez, con el auxilio de su mula Mala Cara. Como resultado de su entrega en pos del bien sobrenatural de sus fieles, enfermó de lepra y falleció el 26 de enero de1914. Supo cultivar buenas amistades con algunos políticos nacionales y provinciales para mejorar las condiciones de vida de sus parroquianos. Hacia el final de su vida, ya ciego como consecuencia de la lepra, rezaba de memoria la misa en honor de la Virgen. Fue canonizado por Papa Francisco el 16 de octubre de 2016.

Ignacio BellatiCamila Mignone y María del Rosario Calvi, jóvenes integrantes de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta), organizaron un apostolado: instalar mayólicas con la imagen del Santo Cura Brochero en algunos frentes del barrio porteño de Palermo (Ciudad de Buenos Aires).

Ignacio abunda en la idea cuando conversamos con él.

¿Cómo surge la idea del proyecto?

-La idea nace de un grupo de amigos católicos que pertenecen a la Fasta. Desafiados por hacer una acción concreta que aporte a la cultura y a la trasmisión de la verdad decidimos promover la imagen del primer santo argentino dentro de nuestro barrio. Varios del grupo le tenemos una devoción especial, y además vemos en él un ejemplo muy actual: un cura que logró llegar a cada uno de sus paisanos. Sentimos que volver a mirarlo, aprender de su estilo y continuar su legado también nos ayuda a seguir construyendo en nuestra Argentina. En una sociedad tan golpeada, necesitada, con muchas diferencias, traer la imagen del Santo Cura Brochero, quien supo dejar las diferencias de lado para priorizar a las personas, es el camino correcto para seguir creciendo y llegar al corazón de cada habitante del barrio.

¿Por qué eligieron la figura del santo Cura Brochero?

-Elegimos a Brochero porque su forma de evangelizar habla mucho a nuestro tiempo. No fue un sacerdote que se quedó esperando; salió, caminó, acompañó, compartió la vida real de su pueblo. Él es un modelo muy concreto, aprendió a ser parte del paisaje de sus serranos, asumió su misión con valentía, construyo caminos y dignificó la sociedad de Traslasierra [en la Provincia de Córdoba]. Su figura es parte de la identidad espiritual y cultural argentina y nosotros somos herederos de ese legado, nos mueve promoverlo, cuidarlo y dar a conocer que en nuestras tierras vivió uno de los que hoy ya celebra en el cielo.

A veces, circula una versión sobre el Cura Brochero que, en resumen, dice que fue un sacerdote popular, más bien rústico, con llegada en la gente por hablar vulgarmente, y un largo etcétera. ¿Qué podría decirse al respecto?

-Es verdad que a veces circula una imagen muy reducida de Brochero, como si fuera un cura “rústico” que hablaba mal o vulgar para caer simpático. Pero esa lectura no hace justicia a lo que realmente buscaba. Brochero eligió hablar como hablaba la gente de su zona porque entendía que el Evangelio se anuncia mejor cuando se comparte el lenguaje y la vida del otro. No era falta de preparación sino una opción pastoral muy consciente. En un tiempo donde muchos sacerdotes tenían un estilo más distante, él mostró que Cristo se anuncia desde la cercanía. Su santidad pasa por ahí: por haber dejado que Dios actúe en su humanidad concreta, con sus palabras, su cultura y su gente. Y eso hoy también nos deja un desafío.

¿Por qué eligieron el barrio de Palermo para llevar a cabo esta iniciativa? ¿Tiene algún vínculo con Fasta?

-Elegimos el barrio de Palermo porque es donde vivimos nuestra vida comunitaria y apostólica. Es el lugar donde nos formamos, donde nos reunimos como grupo juvenil y donde acompañamos a otros jóvenes. Por eso es nuestro punto de partida para proponer algo que una nuestra misión con la fe y la cultura. También tiene relación con Fasta, porque todo lo que hacemos nace de la formación que recibimos en el movimiento, en el Colegio Catherina, sumado a que desarrollamos nuestras actividades día a día en el barrio. Así como el Cura Brochero recorrió Traslasierra para conectar, educar y anunciar el Evangelio en una cultura de escasos recursos económicos, materiales y espirituales, nosotros sentimos el llamado a “brocherizar” Palermo: acompañar, unir y llevar verdad a un barrio que hoy también necesita ser reconstruido desde Cristo.

De izquierda a derecha, Ignacio Bellati, Camila Mignone y María del Rosario Calvi, de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta).
Como anticipo ¿tienen ya pensado algo para 2026? ¿Alguna pista?

-Para 2026 todavía no tenemos un proyecto definido, pero sí vemos una posibilidad de continuar, o en su defecto retomarlo más adelante. La propuesta de Brocherizar Palermo despertó interés en varios jóvenes, y la idea es que quienes se sintieron llamados por esta experiencia puedan seguir trabajándola el año que viene. Además, tenemos una invitación del Museo Gaucho José Hernández, en Palermo, para hacer una muestra el 16 de marzo, Día del Cura Brochero. Es algo que quisimos hacer este año y no se dio por temas de agenda, pero quedó abierto para 2026. Así que, aunque no hay nada cerrado, sí hay una oportunidad concreta y ganas de seguir profundizando esta presencia de Brochero en el barrio de Palermo.

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