Capucine López: «El mandato misionero lo tenemos todos los bautizados»
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- Nelson Santillan
- 8 de junio de 2022
- Dirección de Promoción Apostólica Salta San Martín de los Andes
Capucine López es una miliciana de Fasta Salta que se convirtió en misionera en San martín de los Andes. Sus padres son Osvaldo y Miriam y tiene 3 hermanas: Manon, Violette y Juliette. su abuela es Gladys. Sobre su familia, Capucine dijo que «están muy contentos!! Un poco tristes por la partida, pero felices porque les parece una excelente oportunidad». Se recibió hace pocos meses como profesora de Ciencias de la Educación. Comenzó a trabajar como asistente de Fe Obrar en el colegio Fasta Miguel Ángel Tobares. También tiene horas cátedra en algunas materias.
Por Capucine López para hastadios-com-201978.hostingersite.com
En enero de este año, durante el campamento de milicianos que se realizó en Salta, desde la Delegación de Promoción Apostólica (DPA) se me propuso ir de misión para acompañar la consolidación de una comunidad de Fasta en otro lugar, ya sea durante este año o para más adelante. No había pensado mucho en esa posibilidad hasta ese momento en que me preguntaron, estaba dispuesta y veía que lo más conveniente y viable era para este año. Después de ese primer encuentro siguieron varias llamadas y reuniones para empezar a concretar esa propuesta inicial, porque el envío supone organizar y definir en lo previo muchas cuestiones y, sobre todo, ir haciendo un discernimiento personal.
En el mes de marzo me comunicaron desde la DPA que estaba la aprobación de Fasta para enviarme como misionera –ahora de manera formal e institucional– con el fin de contribuir y estar al servicio de la comunidad de San Martín de los Andes y de la consolidación del movimiento en la misma.
Así es como durante los meses de marzo, abril y mayo compartimos muchas reuniones, llamadas e intercambios con el equipo de la DPA y con los miembros del movimiento de Fasta en San Martín de los Andes, para conocer poco a poco a algunos integrantes de la comunidad y adentrarme en la realidad del Ruca, de la jurisdicción, del colegio…
Todo este proceso supone mucho trabajo por parte de la DPA, de la jurisdicción que envía y de la jurisdicción que recibe al misionero, velando porque sea un proceso integral en donde el laico pueda vivir la misión encomendada y también crecer a nivel profesional, formativo, espiritual, etc. Todo este trabajo tuvo su “culmen” en la llamada jornada de envío a la que estuve convocada a participar en el mes de mayo.
En esta jornada se busca brindar criterios concretos para la misión, así como charlar inquietudes, tener espacios de reflexión personal y de preparación para la misión.
Finalmente, terminando el mes de mayo, pude participar del retiro de la 4ta generación de Fasta Salta (Mayor Junior) donde el último día recibí la missio o envío junto a toda la comunidad. A la semana siguiente –última semana de mayo– viajé a San Martín de los Andes.
Como reflexionábamos en la jornada de envío, , más allá del envío concreto que pueda hacerse a una comunidad distinta a la de origen. Como enseña el Papa Francisco, no es que la vida tenga una misión, sino que la vida es misión.
¡A tus órdenes!
Mil. Capucine López
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