Hoy, primer sábado de diciembre la Ciudad festeja el «Día de la Amistad Miliciana».
A continuación compartimos una reflexión del Padre Fundador sobre ella.
REFLEXIONES SOBRE LA AMISTAD EN FASTA
Dadas por Fr. Dr. Aníbal Ernesto Fosbery O.P. a los miembros de
la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino.
Al reflexionar sobre el tema al que nos abocamos ahora: “La amistad miliciana”, descubrimos que se relacionan dos hechos que definen la dimensión social del hombre.
Esta dimensión social del hombre, natural en él, se funda en el orden operativo, en la amistad y en el orden esencial del ser, en su inserción institucional. De manera que hablar de amistad miliciana es intentar conjugar en el orden teorético estas dos posibilidades que configuran la realización social del hombre. Como el hombre no puede realizarse sino en el ámbito social, estos elementos son requerimientos fundamentales para el logro de su realización personal.
El hombre es un ser social por naturaleza. Su sociabilidad produce este tono de fervor y de concordia de las relaciones que llamamos amistad. Esa amistad tiene un ámbito de aplicación en las estructuras sociales, donde el hombre se integra, sea en las estructuras naturales, familia, escuela, sociedad civil, sea en la estructura de la sociabilidad religiosa, la Iglesia.
De modo que al analizar la «amistad miliciana», debemos entender, que no puede haber vida miliciana, sin amistad y que la dimensión de canalización más amplia de nuestra inserción social tiene que tener un fundamento en la amistad. Porque ninguna institución vocacional puede vivirse simplemente por servicio a un estatuto o a un reglamento, ni siquiera a un ideal, si no se encarna en la realidad concreta de un sentimiento. Nuestra inserción social se llama “amistad”.