Cine: «Licorice Pizza»
Por Horacio Steffanina
El título hace referencia a los discos de vinilo en los años setenta, así se los llamaba irónicamente. La historia está ambientada en esos años, de ahí el curioso nombre.
El director Paul Thomas Anderson es sin lugar a dudas un verdadero icono dentro de Hollywood. No llega a una decena de estrenos, pero algunos ya forman parte de lo mejor de la cinematografía actual. “Magnolia”,” Petróleo sangriento” o “El hilo invisible”, son muestras de su innegable talento. Licorize Pizza obtuvo 3 nominaciones al Oscar de la academia, incluyendo mejor película.
Lejos de los dramas anteriores, el director ofrece una historia romántica distinta a lo que habitualmente se suele ver en el género.
Se centra en la relación entre un adolecente de 15 años (Gary) y una joven de 25 (Alana), con todo lo que significa esa diferencia de edad en esta etapa de la vida. Los actores que personifican a los protagonistas son debutantes absolutos en la industria y están verdaderamente bien. La química entre ellos es innegable. La primera hora de la trama, cuando ellos se conocen y establecen una relación de amistad es lo mejor por mucho. Más allá que pareciera una relación prohibida, desde el primer momento Alana aclara que solo pueden ser amigos. Hay que reconocer que todo está llevado con buen gusto y en ningún momento se genera sensación de incomodidad en los espectadores. Eso se debe a que Gary es un verdadero emprendedor que no parece tener la edad que realmente tiene. Permanentemente está buscando oportunidades que le den réditos y Alana lo acompaña en sus estrafalarios proyectos. Está interpretado por el hijo del tempranamente desaparecido y fantástico actor Philip Seymour Hoffman y de verdad el parecido es asombroso. Alana, es en cambio, una actriz y cantante en busca de su propio destino. En la vida real, la actriz, Alana Haim, tiene su propio grupo musical, donde ella es la cantante.
En la segunda parte de la película, el director incluye en la historia varios personajes estrafalarios, como Sean Penn en la piel de William Holden o Bradey Cooper dando vida a un productor famoso en esa época. Tal vez la trama se desvirtúa cuando ellos buscan rumbos distintos, pero también muestra a los jóvenes en busca de su propio destino. Los desencuentros entre la pareja siempre tienen que ver con sus distintas edades. Viéndolo de esta manera, todo cobra sentido.
La película está fantásticamente filmada y la ambientación es más que correcta. Da gusto sumergirse en esta reconstrucción de época y vivir el romance de los protagonistas.
Según mi modesta opinión 8/10.