Crítica de cine Argentina, 1985. Santiago Mitre. 2022
Por Horacio Steffanina
El juicio a las juntas militares es un tema que permanece en la memoria de los argentinos que vivíamos en el país en esa época. Una historia reciente, dolorosa, que genera sentimientos encontrados en distintos sectores de la población. ¿Cómo ver entonces una película sobre el tema sin tomar partido o por lo menos relacionar su trama con lo que uno guarda en la memoria?
La respuesta está en las primeras líneas que se pueden leer al comienzo de la misma. “Basada en hechos reales”. Y aunque es difícil abstraerse, hay que recordar siempre que no es un documental, que hay personajes inventados y que los tiempos cinematográficos de ninguna manera coinciden con la historia real. Hay omisiones importantes, una tendencia y una línea argumental que intenta sensibilizar al espectador y utiliza los recursos que le da el guión para ello. En el cine esto es válido. Aunque a muchos les moleste.
Aclarado esto, debemos decir que la película logra su cometido con creces. Santiago Mitre, presenta un film sin fisuras. Con actuaciones a la altura. También acierta en el tono, no tiene el dramatismo que sería de esperar en esta historia. El hecho de manejar algunas escenas con una dosis de humor nos acerca más a un estilo hollywoodense que al cine nacional que acostumbramos ver. Las charlas entre el protagonista y su hijo menor son realmente divertidas. Ricardo Darín es sin dudas el mejor actor argentino actual. Entrega una actuación soberbia y contundente, se pone en la piel del Fiscal a cargo del juicio, el Dr. Strassera, sin perder nunca su identidad y su histrionismo. Peter Lanzani también brilla en su interpretación y no debemos olvidar a Laura Paredes, como la testigo que con su declaración en el juicio, logra una actuación maravillosa que conmueve y emociona.
La trama gira en torno al entonces fiscal de la nación, Julio Strassera, sobre quien cae la responsabilidad de acusar a los integrantes de las juntas militares de delitos inconstitucionales en la lucha contra el terrorismo durante su gobierno. Una tarea en ese entonces peligrosa y sobre todo casi imposible de realizar debido al poco tiempo para realizar la presentación. Para esta ciclópea labor, solo cuenta la ayuda de un joven e inexperto fiscal, Moreno Ocampo, interpretado por Peter Lanzani. Ambos tienen personalidades muy distintas. Strassera es parco en sus declaraciones, serio. Moreno Ocampo es extrovertido, carismático, siempre dispuesto a atender a la prensa. Ambos, en una carrera contra el tiempo, reclutan jóvenes profesionales y estudiantes que realizan las investigaciones de campo y recopilan testimonios. La ayuda que les brinda la Comisión de personas desparecidas creada por Alfonsín al principio de su mandato, logra lo que parecía imposible. Más de 500 testimonios, durante el juicio y miles de expedientes, donde se detallan torturas, privaciones ilegítimas de libertad y muchos delitos más, incluyendo violaciones y apropiaciones de propiedades y capitales.
La trama tiene un suspenso bien logrado que desemboca en la declaración del fiscal cerrando el juicio. Con el “nunca más”, la película alcanza su máximo momento de emoción. Todo lo que sigue está de más.
Resumiendo, una gran película que es un paso adelante de la cinematografía nacional. Definitivamente vale la pena verla. No debemos cometer el error de pensar que es necesaria, ningún film lo es. Es una buena historia, bien contada, con ambientación y actuaciones a la altura y nada más. No hay que politizar ni buscar fantasmas donde no los hay.
Según mi modesta opinión 9/10.