El Domingo de la Divina Misericordia

Nelson Santillan

Por Belén Coni de Ríos

“Por misericordia nos has lavado en la Sangre, por misericordia has querido conversar con las criaturas. ¡Oh loco de Amor! ¡No te bastó encarnarte, sino que quisiste también morir! (…) ¡Oh Misericordia! El corazón se me ahoga al pensar en ti, porque adondequiera que dirija mi pensamiento, no encuentro sino misericordia» 

(Santa Catalina de Siena, Diálogo de la divina misericordia, c XXX)

“La fuente de Mi misericordia fue abierta de par en par por la lanza en la cruz para todas las almas; no he excluido a nadie” 

(Santa Faustina Kowalska, Diario, 1182)

«La humanidad no encontrará paz hasta que no se dirija con confianza a la misericordia divina»  (Santa Faustina Kowalska, Diario, 300)

El segundo domingo de Pascua, la Iglesia celebra el Domingo de la Misericordia. Fue San Juan Pablo II quien, en el año 2000 estableció esta Fiesta -durante la canonización de santa Faustina, y respondiendo a las revelaciones que ella recibiera de Jesús. Esta fiesta se ha convertido en fuente de gracia y provecho espiritual para todos los hombres, fruto precioso de la muerte redentora de Jesús.

Jesús le pidió a Faustina que se instituyera esta fiesta para que las almas tuvieran refugio y amparo, especialmente los pecadores. Y promete, para este día, la gracia de la remisión total de las culpas y penas para quienes se confiesen, comulguen y confíen en su misericordia.

La devoción a la Misericordia, derramada al mundo por Jesús clavado en la Cruz, con su Corazón abierto por la lanza, hunde sus raíces en Evangelio de Juan, quien nos trae la escena del lanzazo en el Costado. «Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Vos confío.» Su Misericordia es un manantial que nunca se agota, una puerta siempre abierta para el que regresa, para el que vuelve a Dios con humildad y confianza.

Es, también, una Fiesta profundamente catequética, porque une de modo admirable los dos aspectos fundantes de la Pascua: la muerte y la resurrección del Señor. Celebrando la Misericordia de Jesús en pleno Tiempo Pascual, abreva en el misterio del dolor, del Cuerpo entregado y de la Sangre derramada para el perdón de los pecados. La novena a la Divina Misericordia comienza, precisamente el Viernes Santo, y atraviesa todo el Triduo y la octava de Pascua, como lo cantamos en la secuencia: este Gran Capitán ha luchado en un duelo admirable, este Rey de la Vida estuvo muerto y ahora vive. Y, vencedor, conserva sus llagas, santas y gloriosas, que presiden el cirio pascual, para que nunca olvidemos cuánto valemos para Dios. Llagas de las cuales brotan todas las gracias de su Misericordia, expresadas en los rayos celestes y rosas que muestra la imagen, tal como la vio y mandó pintar Faustina.

San Juan Pablo II, apóstol incansable de esta devoción, nos recordaba con firmeza: “La misericordia divina llega a los hombres a través del Corazón de Cristo crucificado” (Homilía, 30 de abril de 2000). Él comprendió que el hombre de hoy, marcado por tantas heridas, necesita más que nunca esta corriente de esperanza.

Y por eso hoy elevamos nuestra oración con toda la Iglesia:

“Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia para que comprendamos mejor la excelencia del Bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido” 

(Oración colecta del Domingo de la Divina Misericordia)

“Que comprendamos mejor la excelencia del Bautismo”, es decir la pequeña Pascua sucedida en nuestra alma, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado, la gracia que nos ha hecho hijos y el precio de la Sangre que nos ha redimido, que ha hecho de nosotros hostias vivas, agradables al Padre.

Que este día sea para todos, un gran recordatorio: no hay pecado que supere su amor, ni miseria que no pueda ser transformada en gracia. Sólo hace falta abrir el corazón y decir con confianza: “Jesús, en Ti confío.”

 

Una curiosidad: la historia de las distintas imágenes del Jesús Misericordioso: 

https://www.aciprensa.com/noticias/59488/conoce-la-verdadera-historia-de-la-imagen-de-la-divina-misericordia

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