A dos años de la pascua del Fundador, las tres fraternidades se reunieron a reflexionar
«Es tiempo de construir Fraternidad» dijo el padre César. A dos años de la pascua del padre Fosbery, miembros de la fraternidad laical, de la fraternidad sacerdotal y de la fraternidad de las catherinas se reunieron el martes 7 en la ciudad de Buenos Aires «a encontrarnos como hermanos y vislumbrar como seguimos» expresó el padre Presidente César Garcés.
El Presidente abrió el encuentro reflexionando sobre la «gracia del Fundador que fue personal, una gracia que se puede, o no, aceptar. Y, aceptada, lo acompaña toda su vida. Y cuando se participa, se llama gracia fundacional que, cuando se muere el Fundador queda en la comunidad, que tiene la responsabilidad de asumir y discernir el aporte a toda la Iglesia», a la vez que afirmó que «deberemos dar cuentas de esa Gracia recibida, qué vamos a hacer con esa Gracia».
Por eso el padre César impuso la consigna: “Fidelidad y renovación” porque se debe que resolver la tensión, no dialéctica: ponemos la letra «y» no la «o», dijo.
Más adelante expresó que «esto reclama escucha y participación que nos ha llevado estos años y esto supone pertenencia y compromiso» para finalmente afirmar que «esto no se puede si no hay comunión, debemos cuidar la comunión».
«Es tiempo de construir la fraternidad» dijo pero surgió la necesidad de hacer algunas distinciones»:
- entre Fasta y Ciudad;
- mirar juntos esta experiencia de amor, servicio y apostolado;
- Una misma Ciudad al servicio de la Iglesia y de las personas.
Nuevos desafíos – Nuevas miradas.
Ya comenzada la jornada se tornó más participativa donde pudimos sintetizar que «Ante los nuevos desafíos de esta encrucijada puede costar mirar con más profundidad: cambiar la mirada». Allí se recordó el albergue de Mar del Sur, cuando el padre Fosbery nos llamó la atención al decir “¡Dios nos guarde de querer vivir en comodidad y opulencia!”.
También se destacó el trabajo de las Generaciones y el Consejo sapiencial donde realmente son vivencias históricas de la Ciudad Miliciana: en el mundo, en la Iglesia, en la patria, en Fasta. Aún falta precisar cuál es la contribución a la unidad, a la comunión. Otro desafío que se mencionó es cómo asumir el diálogo con las demás generaciones y como plasmar la sinodalidad.
Luego el vicepresidente ejecutivo Alejandro Campos sintetizó este desafío de «Soñemos Juntos» destacando «que estamos acá porque el Espíritu Santo ha soplado en cada uno de nosotros».
Más adelante recordó las enseñanzas del Fundador sobre el discernimiento del Bien Común: «se refiere al paso de Dios en nuestra vida y en nuestras comunidades; será plasmada institucional y orgánicamente; será siempre ejercida en clave de Ciudad, no sólo de Fasta; y debe ser asumido por la comunidad, sinodalmente».
Finalmente se refirió a las notas del período del Padre César:
● Caminar con los pasos de la Iglesia.
● Fidelidad y renovación.
● Nueva evangelización.
● Soñemos juntos.