Ben Michel Mbumba: «Fosbery era el doctor de la Esperanza»

Por Ben Michel Mbumba (*)

La vida a veces nos reserva ciertos encuentros, ciertas cosas que no esperábamos. Y entre estos hermosos encuentros de la vida, habíamos tenido la gracia de conocernos con el querido Padre Fosbery, fundador de Fasta, un hombre de fe, un hombre de oración, un hombre al servicio de la iglesia.

En estas pocas frases, nos gustaría presentarles nuestro testimonio hacia el que habíamos llamado padre, el guía hacia el camino de la esperanza como Jesucristo nos enseñó.

Este encuentro comenzó ese día en que aterrizamos en el seminario, en la fraternidad sacerdotal Santo Tomás en Buenos Aires.. Alrededor de las 07 hs, en el patio del seminario, nos estábamos preparando para la misa de la ordenación sacerdotal de 2017, y aquí está “la estrella de la juventud, el doctor de la esperanza que aparecía frente a mí, mientras decía:” Ben Michel, “Hola señor “.
Poco lo conocía, pero Aníbal Fosbery era un sacerdote en el corazón de un Padre que estaba allí, que comparecía con sus hijos cada vez que era necesario. Recuerdo una vez más, enfermo acostado en mi cama, alrededor de las 18 horas, el Padre tocó y encendió en mi habitación del seminario para informarse sobre el estado de mi salud. Mi dolor era su dolor, me confiaba en manos de la Santa Virgen María para mi curación.

Qué decir de todas las oportunidades y gracias por haber compartido la misma casa, el mismo tiempo de desayuno, almuerzos y cenas con aquel algunos llaman fundador, y yo prefiero llamar “mi padre”.

El gusto por la escritura no es un gusto universal, está reservado para ciertas categorías que quieren aportar algo nuevo y algo más a la sociedad. Sin embargo, mi deseo de escribir no nació de mí, hubo un elemento desencadenante, y el mío se llama “Fray Aníbal Fosbery”.

Cada vez que le traía mis nuevos textos, estaba ansioso por leerme y corregirme. La humildad de Anibal estaba en el simple hecho de que más allá de tener las ocupaciones, se tomaba su tiempo y lo ponía a disposición de los demás. Tenía corrección palabra por palabra, independientemente de la magnitud o la debilidad de mi texto. Y cada vez que me pedía que lo leyera en medio de la cena mis escritos, era para mí una forma de animarme, y hoy este es el resultado de este trabajo iniciado por el padre Fosbery.
Hablar del Padre Fosbery requerirá días y días para conocerlo mejor. Sin embargo, bastaría con decir tres palabras que caracterizan a la persona de Anibal Fosbery para saber que era: el humilde, el doctor de la esperanza, el siervo de la iglesia y la sociedad.

Vive en nosotros, vive en nuestros corazones,

Pura vida,

Por siempre Querido Padre Fosbery.

(*) Ben Michel es miliciano de Fasta Kinshasa