Encuentro de la Agrupación Mayor de Fasta Mendoza
Por Pablo Álvarez
Bajo el lema “Nos reencontramos”, este pasado domingo se realizó en Fasta Mendoza un encuentro de todos los Convivios de la Agrupación Mayor (Generaciones 1ra, 2da. Y 3ra.) para reflexionar sobre la vida de los convivios en Fasta, su trascendental importancia en la vida de la Comunidad y el pensamiento del Padre Fundador al respecto.
Desde las 9 hs. y concluyendo con la celebración de la Misa a las 13:30, se desarrollaron una serie de momentos de reflexión y testimonios de gran riqueza a la hora de profundizar sobre la vida de los convivios de Fasta.
Abrió el encuentro el padre Andrés Yunes que reflexionó, a la luz de los Hechos de los Apóstoles y el pensamiento de nuestro Fundador, sobre el profundo sentido de Iglesia que tienen los convivos de la Agrupación Mayor.
Luego fue el turno de los testimonios del matrimonio Cebollada y del matrimonio Giusti. Dos historias tan distintas y, sin embargo, tan similares respecto al encuentro con el Señor a partir de la vida de sus pequeñas comunidades y su influencia en la vida matrimonial y familiar, como así también en el compromiso apostólico despertado y desplegado como respuesta a la vocación-misión.
Luego de un exquisito “coffe break” preparado por el Convivio Cardenal Newman, fue el turno del Mil. Valentín Redondo que hizo foco en el sentido de la Comunidad como estrategia evangelizadora de Fasta.
Una reflexión cargada de principios y de experiencias personales que nos adentró en la concientización de sabernos parte de la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, llamados a ser instrumentos eficaces y sensibles del Amor de Dios a todos los hombres.
A esta altura de la jornada se sumaron los miembros de la 4ta. Generación que ensayan una estrategia singular de trabajo, como una sola comunidad, sin distinción de convivios en esta primera etapa, para ir transitando hacia el fortalecimiento generacional con la finalidad de encontrar los modos más adecuados para su vida institucional y apostólica.
La jornada concluyó con la Misa y allí, el padre Andrés, logró sintetizar todo lo vivido, uniendo lo trabajado en la mañana a la Palabra que la liturgia del domingo nos proponía. Así pues, reflexionó sobre la experiencia de los discípulos de Emaús frente al Resucitado y de como nuestra vida en los convivios se debía nutrir siempre de la Palabra y la Eucaristía para renovar el ímpetu del anuncio de la Misericordia de Dios.
Luego de la Misa, los miembros de la 4ta. Generación compartieron un asado, momento amical que generó gran entusiasmo y alegría por el reencuentro y la memoria de tantos momentos compartidos en su joven historia miliciana.
Elevamos nuestra oración al Señor para que todas las gracias recibidas en este encuentro, nos enciendan el fervor apostólico y sean fermento de muchas nuevas vocaciones milicianas.