De rodillas frente al Santísimo comenzó la primera reunión de Directorio de un nuevo período

Nelson Santillan

En la mañana de este miércoles 26 de febrero y de rodillas frente al Santísimo comenzó la primera reunión de Directorio de Fasta del segundo período de la Presidencia del padre César Garcés.

La adoración al Santísimo comenzó a las 9 de la mañana y fue dirigida por el padre Andrés Quiroga en la capilla de la comunidad del colegio Catherina en la ciudad de Buenos Aires. Participaron todos los miembros del Directorio más algunos invitados especiales.

Posteriormente el Presidente de Fasta, padre César Garcés,  realizó una meditación espiritual para encuadrar «una nueva etapa de gestión». También afirmó que «debemos tener la clara conciencia de la presencia del paso de Dios en nuestras vidas y en la vida de Fasta».

“Reaviva el don”: conciencia de la Gracia de Dios en nuestras vidas.

Luego dijo que «para hacer un camino juntos necesito saber dónde estoy hoy. Memoria y conciencia de nuestra Fe en nuestra historia. Memoria y conciencia de cuándo Jesús me llamó». Afirmó que «tenemos que volver a ese primer encuentro. Necesito volver a escuchar la nueva ley de Jesús: las bienaventuranzas».

Recordó que «el misterio del amor misericordioso de Dios, que me exige más allá de lo que tengo y de lo que puedo pero que es tan paradójico y misericordioso que no quiere romper mi libertad. No la medida humana sino el querer de Dios».

En el momento más emotivo de la reflexión lanzó inquisidoras preguntas que «me obliga a cambiar el corazón, mi mirada y mi modo de escuchar»:

¿Quién dice la gente que soy yo? ¿Y vos, quién decís que soy?
¿Qué contestamos nosotros en el camino?
¿Cuándo negué el camino de Jesús?
¿Cuándo fui como el joven rico?
¿Cuándo fui llevado al Tabor?
¿Cuándo estuve en el Jordán para escuchar la epifanía del Padre que me decía que Jesús era su hijo amado?
¿Cómo transito mi vida si no soy hijo de Dios y hermano de Cristo?
¿Cuándo estuve, como Juan, al pie de la cruz, para recibir a tu madre como la mía?
¿Qué significaron la cruz, los insultos y la corona de espinas? ¿Y cuando me pasó a mí?
¿Cuándo fui corriendo al sepulcro para ser testigo de tu resurrección?
¿Cuántas veces fui convocado de nuevo a Galilea, donde todo empezó?
¿Cuántas veces volví a ser pescador de pescados, no de hombres?
¿Cuántas veces escuché las preguntas a Pedro, con mi nombre: me amas?

Afirmó que «Si nosotros no revivimos esto, aunque sean cosas buenas, lo que nosotros podamos programar no van a bastar para abrirnos las puertas del cielo».

«Estamos llamados a ser hijos de Dios y testigos de su amor en una vida santa, asumiendo nuestra pequeñez y nuestro pecado, porque Dios lo ha asumido primero, y nos ha llamado a pesar de eso. Estamos aquí porque el Señor nos llamó. Nos puso a caminar juntos y nos subió a todos a la barca. Y en la barca no están los que yo quiero sino los que Él quiere2 dijo.

Finalmente retomó un texto del Padre Fundador sobre el mensaje para los 50 años de Fasta (que nunca lo pudo decir, pero lo dejó escrito). “Peregrinos de Esperanza”.

«Así el Cura nos pone en el aquí y el ahora, nos devuelve al origen y nos enmarca en la misión: “A tus órdenes, Señor, pues Tú nos llamas”.

 

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