El martes 31 de diciembre el padre Francisco Lázaro concelebró junto al padre Roberto Zerillo, la fiesta de la Madre de Dios en la capilla del Colegio de Mar del Plata. En una conmovedora homilía y parado frente a la imagen de María pidió por los niños, los jóvenes de los rucas, los matrimonios, los sacerdotes de la comunidad.

Homilía completa: 

«Homilía Santa María, Madre de Dios

Año nuevo 2025

Querida Madre:

Venimos como los pastores a ver la presencia viva de Dios, y te vemos a ti, María, a José, y al recién nacido en el pesebre. Eres la imagen de la misericordia de Dios.

María santísima, te celebramos y veneramos como Madre Dios, eres la Madre de la persona divina de Jesucristo, ese Niño que hemos contemplado en estos días de Navidad.

María, el Padre te eligió desde la eternidad para ser madre del Salvador, y la Iglesia reconoció esta verdad dogmática con el título de Mater Dei, Madre de Dios. Esto es posible por los méritos eternos de la Pascua de tu Hijo Jesús.

Tu hijo amado, nuestro hermano, desde la cruz te hizo nuestra Madre celestial, bendito sea Dios. El padre Fundador se refería a ti diciendo: María, Madre de Dios y madre nuestra, dado que no hubo ninguna criatura que esté tan cerca de Dios y reciba tanta gracia divina, como Tu, querida mamá.

Te contemplamos con ternura y amor, con ojos de hijos que aman a su Madre.

Gracias Madre, por este año que hemos concluido.

Gracias, porque cuidaste nuestros corazones para que estén siempre llenos de fe en Dios, como tu Inmaculado corazón.

Gracias Madre, por todas las familias que acercaste a nuestra comunidad.

Gracias por los niños de nuestra comunidad y los que vendrán, esos pequeños a quien amas de modo especial, guárdalos en su inocencia, fe y dulce alegría. 

Gracias por los jóvenes del ruca a quienes iluminaste y sanaste en los combates de cada día.

Gracias por los adultos que sostuviste en las pruebas con tu consuelo de Madre y así, les marcaste el camino hacia tu Hijo.

Gracias María por los matrimonios, que a pesar de las pruebas, siguen unidos en el amor esponsal como el tuyo con José.

Gracias por nuestros abuelos, protectores del amor y la fe familiar, son un reflejo de tu ternura y de la protección de San José. 

Madre, has cuidado de tus hijos sacerdotes, los cuidaste en el ministerio de ser pastores y ministros de los sacramentos. Intercede especialmente por el padre Jorge, para presentarlo ante el Padre, sabes del amor del amor que Kato siempre te tuvo. 

Gracias por la recuperación y la vocación de Matías, por el llamado al sacerdocio de Fran, Tomi, y el padre Roby, que surgieron de esta comunidad.

Madre, te suplicamos que hagas nacer muchas muchas vocaciones sacerdotales y consagradas en medio de nuestros jóvenes.

Madre, eres fuente de vida y eres el inicio del obrar de Dios.

Por tu “sí” a Dios, se hizo posible la encarnación del Verbo Divino y el comienzo de nuestra redención.

Por tu petición a Jesús en Caná, tu Hijo realizó su primer milagro, adelantando así su Hora de manifestar la divinidad.

Fuiste discípula de tu Hijo hasta la dureza de la cruz y tu oración esperanzada en Pentecostés trajo la fuerza del Espíritu Santo a los Apóstoles para que pueda nacer la Iglesia Católica.

En este nuevo año que comienza, cumpliéndose 2025 años de ser Madre de Dios, te pedimos que intercedas ante tu Hijo para que seamos santos y que nos ayudes a llegar al Cielo. Comenzamos el jubileo como peregrinos de esperanza, esa esperanza es tu Hijo Jesús, nuestro Salvador. Hoy el papa Francisco nos dijo: «La esperanza de un mundo fraterno no es una ideología, no es un sistema económico, no es el progreso tecnológico», sino que se trata del «hijo encarnado, enviado por el Padre para que todos podamos convertirnos en lo que somos: hijos del Padre que está en los cielos, y por lo tanto, hermanos y hermanas entre nosotros».

Bendice y protege a nuestra comunidad de Mar del Plata y a toda Fasta, sus rucas, colegios y universidad, por sus laicos y sus nuevos capellanes, que verdaderamente seamos hermanos con una filial protección maternal.

María, Mater Dei, Madre de Dios y madre nuestra, guía nuestras vidas en nuestro navegar.  

Madre, bendícenos en este nuevo año que comenzamos, unidos a Dios y a nuestra fraternidad.  

Tus hijos, que como Jesús, también te amamos y te decimos…

Salve, del mar Estrella, salve, Madre sagrada

de Dios y siempre virgen, puerta del cielo santa

La vista restituye, las cadenas desata,

todos los males quita,todos los bienes causa.

Muéstrate madre,

y llegue por ti nuestra esperanza a quien, 

por darnos vida, nació de tus entrañas.

Entre todas piadosa, Virgen, en nuestras almas,

libres de culpa, infunde virtud humilde y casta.

Vida nos presta pura, camino firme allana,

que quien a Jesús llega eterno gozo alcanza.

Al Padre, al Hijo, al Santo Espíritu alabanzas;

una a los tres le demos, 

y siempre eternas gracias. Amén».

Padre Francisco Lázaro, Mar del Plata, 31 de diciembre del Año del Señor de 2024