Fasta San Juan celebró a la Virgen del Santísimo Rosario
Nuestra Madre del Rosario
Por Andrés Bórbore
En la semblanza al padre Fosbery que hiciera en el Convento de Santo Domingo fray José María Cabrera destacaba con cuánto fervor animaba nuestro fundador a la realización de la procesión de la Virgen del Rosario, primero cuando vivía en Tucumán y después cuando lo trasladaron a Buenos Aires.
Nuestro fundador siempre alentaba a salir, a manifestar públicamente la devoción por Nuestra Madre del Rosario. Y decía que esa demostración de amor, cariño y respeto era una de las últimas manifestaciones de patriotismo que quedaban en Argentina. Pues es testimonio vital de pertenencia y de identificación con lo que es nuestro, con lo que nos enlaza a nuestra tierra. Y fue así como edificaron la patria nuestros padres y así es como abrazamos la misión nosotros en este tiempo.
Como herederos de tan hermoso tesoro, en la jurisdicción Fasta San Juan, el pasado 7 de Octubre, salimos por las calles de nuestro barrio a peregrinar junto a toda la comunidad tras el manto de Nuestra Madre del Rosario. Prolijamente ordenados, en manifiesta procesión, cientos de almas nos deslizábamos por las calles tras el halo espiritual de Nuestra Madre. Escuderos y Caperucitas, Templarios y Adalides, Alumnos y Docentes, Padres e Hijos… TODOS estuvimos presentes con el corazón vibrante de emoción.
Los vecinos preparaban sus altares, saludaban al paso de María porque, cuando ella pasa, todo se transforma, y aquí fuimos testigos de esos milagros como las confesiones del capellán mientras caminábamos con esa cadencia inenarrable de la religiosidad popular.
Por el parlante resonaba la plegaria del Santo Rosario mientras los colores del atardecer embellecían al rezo que llegaba hasta el cielo cuando Nuestra Madre ingresó al patio del colegio y cientos de pétalos de rosas hicieron de recibimiento con los aplausos y los vítores siempre esperados. Y así culminó la fiesta, con la celebración de la Santa Misa.
Nuestra Madre, nos había llevado hasta su Hijo y nosotros, sus hijos, peregrinamos junto a su Madre.
¡A tus órdenes!