Alumnos de 3° año de la ESO del colegio Fasta Madre Sacramento completaron en la tarde española de este viernes 28 de marzo los 100 kilómetros que los acreditan como peregrinos del Camino de Santiago de Compostela.
El padre Lisandro Scarabino ha comentado que «hemos comenzado el día lunes desde el kilómetro 100 a caminar hacia la tumba desde el apóstol Santiago y en un viaje lleno de bendiciones, en un viaje donde el Señor se hizo muy presente en cada uno de los profesores, los jefes del Ruca que nos acompañaron y en cada uno de los alumnos del Colegio».
También ha mencionado que «éramos 71 en total y hemos recorrido los 100 km en 5 etapas con la alegría, la fe y las ganas de superarse. Dios se hizo muy presente y nos bendijo».
Alicia y Aitana, alumnas participantes del Camino han expresado que «recomendamos 100 por 100 el Camino que te cambia la vida y las disfrutas un montón con todas tus amigas con mucha alegría. El esfuerzo merece la pena al final. Es muy bonito».
Más adelante Víctor ha afirmado que «para mí el Camino de Santiago ha sido muy bonito. A pesar del esfuerzo y el dolor vale la pena para conocer más a tus compañeros profesores». Matías por su parte dijo que «me llevo mucho de los recuerdos porque me ayuda a superarme a mí mismo y me llevo un buen recuerdo de compañeros y profesores y me ayuda a superarme cada día».
El Camino de Santiago es una ruta de peregrinación hacia la tumba del Apóstol Santiago, que ha tenido una gran importancia para la cristiandad. Ha sido y es un lugar de encuentro y fe, y ha contribuido a la difusión de la cultura y la religión cristiana.
Importancia religiosa
El Camino, es un acto de fe, un momento de reflexión personal y oración. Los peregrinos veneran los restos del Apóstol Santiago, uno de los primeros mártires de la Iglesia. Es una experiencia de caminar hacia Dios en comunidad.

Durante la misa del peregrino el diácono Gabriel Filipe de Fasta leyó el evangelio y durante la cual se puso en funcionamiento el tradicional botafumeiro de la catedral de Santiago de Compostela. Su función es purificar el ambiente y simbolizar la oración y la purificación espiritual de los fieles.