Cine: Elvis. 2022, Baz Luhrmann
Por Horacio Steffanina
Para la mayoría de la gente, Elvis Presley es un cantante americano famoso y absolutamente vigente. Cualquiera que conozca un poco de música, seguramente reconocerá algunos de sus éxitos y al interprete con solo escucharlo. Esto, aunque parezca sencillo, solo sucede con algunos privilegiados, “Los Beatles”, “Frank Sinatra”, “Luciano Pavarotti”, son un ejemplo de ello, y no debe haber muchos más. Lo que ejemplifica claramente que se trató de un verdadero fenómeno y la difusión de su legado musical sobrevivió al tiempo y a su desaparición física.
Sin embargo, son muchos menos los que saben que Elvis, falleció con solo 45 años de edad, y que en el corto lapso de su vida, nunca actuó fuera de Estados Unidos, que fue perseguido y prohibido en su propio país, que sirvió en el ejército y que filmó más 30 películas. Fue creador de su propio estilo, absorbiendo la influencia del góspel afroamericano, lo que lo convirtió en un verdadero innovador. Su capacidad histriónica y su calidad vocal lo convirtieron en un éxito arrollador en forma casi inmediata a su aparición. Sufrió la persecución e incomprensión de una sociedad pacata, que no toleraba la sensualidad de sus movimientos y lo obligo a dejar por un tiempo los escenarios. Fue también un adicto a las drogas, que sufría de paranoia y manías persecutorias. Todo esto hace que sea casi imposible de mostrar todo en una sola película.
Sin embargo, Luhrman, lo logra. Para ello y la manera de Milos Forman en “Amadeus”, cuenta con un narrador que fue a la vez, el manager de la estrella y el responsable de su gloria y su ocaso. El coronel Tom Parker, interpretado magistralmente por Tom Hanks, dirigió la carrera musical del que él llamaba “su muchacho”, obligándolo a actuar diariamente en la mítica ciudad de Las Vegas, lo que causo un agotamiento que era sobrellevado con drogas que finalmente terminaron con su vida.
La película muestra sus comienzos, su infancia en una comunidad afroamericana y sus principios musicales. Hace un repaso de los acontecimientos más importantes de su vida, y lo hace a un ritmo frenético, arrollador. Entremedio, sus actuaciones recreadas a todo detalle y sentido artístico, parecen verdaderos videoclips. El talento musical y el parecido físico de Austin Butler en el papel del propio Elvis, hace que veamos una resurrección de sus shows, a tal punto de olvidarnos que es solo una imitación.
Sin lugar a dudas solo Luhrman, director de la increíble “Mouline Rouge”, es capaz de semejante prodigio. Su talento y su exquisito sentido estético, hacen que todo sea perfecto. El vestuario, los escenarios, la música, todo fluye de manera inmejorable para ofrecer una de las mejores películas musicales de todos los tiempos. La escena en que Tom Hanks lo descubre y a su vez, observando la reacción del público, vislumbra el futuro del artista es sencillamente genial. Una verdadera lección de cine. Emociona y conmueve.
Solo puedo agregar que es a mi modo de ver es la película del año. Es digna de verse más de una vez. No me asombraría que se lleve una gran cantidad de Oscars en la próxima entrega de los premios de la academia, incluyendo, mejor película, mejor director, mejor actor protagónico, mejor actor secundario y mucho premios menores más.
El cine demuestra una vez más que no está muerto. Que el arte sobrevive y está por encima de la mediocridad a la que nos hemos habituado. Un título que habrá de convertirse en película de culto y sobrevivirá al paso del tiempo, como el propio Elvis Presley. Y es justo que así sea.
Según mi modesta opinión 10/10.