Cine: Erase una vez un genio

Por Horacio Streffanina

Hablar del director australiano George Miller, es hablar de Mad Max. Difícilmente se lo pueda asociar a otros films luego de haber sido un referente en el cine de género. La última de sus entregas de la famosa saga: “Furiosa”, del 2015, fue muy bien recibida por el público y recibió varias nominaciones a los premios Oscar. Sin embargo Miller no es solo cine de acción, “Un milagro para Lorenzo”, “Babe, el chanchito valiente “o “Happy Feet” son ejemplos de su capacidad y talento.

Verdaderamente, esta película parece fuera de época. En tiempos de superproducciones al estilo Marvel, encontrarnos con un cuento que parece extraído de Las mil y una noches, es una grata sorpresa.

La historia sigue la vida de una profesora de literatura antigua, protagonizada por la maravillosa Tilda Swinton, especializada en mitos y supersticiones, que a su vez es una persona solitaria y triste, con una crisis de mediana edad. En uno de sus viajes profesionales a medio oriente, compra una antigua botella de vidrio que libera un genio o dimm, protagonizado por Iris Alba. El genio le ofrece la realización de tres deseos, los cuales lo liberarán de su encierro. Sin embargo, ella, conocedora de que los deseos no siempre son lo que parecen y suelen ser engañosos, declina la oferta.

De ahí en más, como si de un cuento se tratara, el genio, desilusionado con su negativa, trata de que cambie de opinión y comienza a contarle las historias que tiene que ver con sus dueños anteriores. En un fantástico viaje a un pasado remoto, no faltarán reinas, príncipes, sultanes y amantes despechadas.

Miller se toma su tiempo para contar la historia, no hay escenas grandilocuentes y los relatos muestran la ambición y el egoísmo humano en todas sus formas. El tono no es demasiado dramático y el ritmo es fluido, despertando la curiosidad del espectador. Algunas ambientaciones nos recuerdan a “Las aventuras del Barón Münchausen”, de Terry Guillam, pero sin caer en un delirio visual, ni tampoco en un cuento para chicos.

En definitiva, una historia de amor contada de una forma original, que si bien tiene altibajos, demuestra que el director sabe lo que quiere y no se deja llevar por las modas ni los éxitos de taquilla.

Como anécdota, el estreno en las salas de cines fue un rotundo fracaso. Lo que demuestra claramente que el espectador masivo no apoya este tipo de “rarezas” que quedan solo para algunos nostálgicos, entre los que me incluyo.

Según mi modesta opinión: 9/10.