Monseñor Azpiroz Costa: «encontrarnos, escucharnos y discernir»
Monseñor Azpiroz Costa expuso esta mañana del 23 de octubre en el Consejo Plenario de la Nueva Evangelización.
Por Silvano Penna
Director General del Movimiento Fasta
Monseñor fray Carlos Azpiroz Costa. Arzobispo de Bahía Blanca, fraile dominico. Amigo de Fasta desde hace muchos años. Nos dio una lucida y profunda reflexión sobre el aporte que desde la espiritualidad dominicana se puede hacer frente a los desafíos de la Nueva Evangelización.
Nos recordó que donde está el corazón está el deseo. Y que de la abundancia del corazón habla la boca. A partir de allí nos invitó a recorrer el camino sinodal para verificar el carisma original de Fasta con el Fundador a nuestro lado para en ese camino sinodal encontrarnos, escucharnos y discernir. Con memoria agradecida, viendo con pasión el presente, abriéndose al futuro con esperanza.
A partir de ahí nos dio una serie de 4 consignas con las distintas lectura de distintos papas sobre la Nueva Evangelización. Nos recordó de la Evangelii gaudium que el tiempo es superior al espacio, que la unidad prevalece sobre el conflicto, que la realidad es más importante que la idea y que el todo es superior a la parte. En cada una de estas consignas su aplicación a la Nueva Evangelización.
De la Veritate gaudium, La Alegría de la Verdad, la inter y transdisciplinariedad y la formación de redes entre las instituciones y también allí su aplicación a la Nueva evangelización.
Y finalmente en como hablar. Consignas para un joven predicador o para predicarle a los jóvenes. De conocer la propia historia, invitar a los jóvenes que conozcan el paso de Dios en su vida.
El corazón y la inteligencia siempre buscan por eso invitar al joven a levantarse a pesar de las caídas. Comprenderlo, evitar la presunción y a desesperación y llevar a las parsonas al ancho mar de las cosas de Dios y que reconozcan a Cristo en la Iglesia.
Estos son algunos de los puntos que nos dejó monseñor Aspiroz Costa y que nos confirmaron en la espiritualidad que soporta y sostiene nuestro carisma y por otro lado nos golpearon la conciencia para renovar nuestro fervor apostólico.