Eugenia Rossini: «El padre tuvo un gesto de gran misericordia»
Por Eugenia Romero Monte de Rossini (*)
Halla por el año 2001 yo estaba muy enferma. Estando en Mar del Plata en una actividad el Padre Fundador me pidió que fundara Comunidades de Familia y Vida.
Al principio dudé. Yo solo era Contadora y mi única experiencia en la materia era la de haber formado mi familia. Su pedido me pareció que era una oportunidad para asumir una misión que me excedía, pero debía hacer un esfuerzo para volcar lo que yo había aprendido, como cualquier madre, que a su vez aprendí de mi madre. Entonces volví a Tucumán y convoqué a un grupo de madres para constituir una comunidad con el fin de estudiar el tema y diseñar un plan para cumplir con lo que el Padre me había pedido y me ayudaran a fundar en las otras provincias comunidades similares, en Argentina y en el exterior. Y así lo hicimos.
Pero nos dimos cuenta que debíamos formarnos académicamente y decidimos matricularnos en la Tecnicatura en Familia que dictaba la Universidad Austral. De allí surgieron las primeras Orientadoras Familiares. Eso nos permitió organizar Congresos y Seminarios sobre Familia y Vida. Trabajamos con mucho entusiasmo. El resultado fue muy esperanzador y dio origen a un movimiento que cobró un gran impulso que se materializó con gran éxito en Perú, Chile y España.
Con el tiempo me di cuenta, y es lo que quiero rescatar, que el Padre tuvo un gesto de gran misericordia, para que me ocupara de los demás y saliera de mi propia enfermedad, ocupándome de los demás y poniendo toda mi atención en una tarea institucional. Fue un acto de caridad y de sabiduría del Padre.
Estaré siempre y eternamente agradecida al Padre por haberme dado esa oportunidad y haberme ayudado a confiar en la Providencia.
(*) Eugenia es Notable de la Ciudad Miliciana, madre del padre Federico Rossini y está casada con Carlos Rossini, Vicepresidente emérito