«La Iglesia católica y las elecciones en la República Democrática del Congo» por el padre Eduardo Lloveras
Por Eduardo Lloveras (*)
Hoy son las elecciones en la República Democrática del Congo, en un contexto que es siempre difícil en este país, y que se espera que pueda ir cambiando con el correr de los años. Esta es una de las preocupaciones principales de los Obispos congoleños, que velan no solo por el pueblo fiel, sino por el bienestar de toda la población del país.
Parecen muy acertadas, en este sentido, las palabras de Monseñor Donatien Bafuidinsoni SJ, Obispo de Inongo, en la provincia de Mai-Ndombe, en su carta pastoral del 14 de diciembre pasado. Si bien la carta está dirigida a los fieles de la Diócesis que él dirige, pueden ayudar a cualquiera a entender la grave crisis social y política que se vive hoy en este país. En su carta apostólica, el Obispo atribuye esa crisis a la dirigencia política, que se muestra amable con la población durante la campaña electoral, mientras que en el tiempo de gestión ni siquiera visitan los pueblos y ciudades. Sin presentar un proyecto de sociedad, se han acostumbrado a la lucha electoral por todos los medios, insultando y generando violencia verbal y física, en los mítines y en las redes sociales. Todo esto, señala Monseñor Donatien, es indigno de quienes pretenden asumir la responsabilidad del cuidado del bien común.
Después de este diagnóstico, Monseñor Donatien invita a sus feligreses a pensar en una nueva dirigencia política para un futuro mejor de la República Democrática del Congo. Esto implica decir NO a los políticos oportunistas que buscan solo el interés personal; a los tribalistas; a los nepotistas, que solo buscan acomodar a los miembros de su familia; a los que compran conciencias; a los que detrás de palabras altisonantes (“patriotismo”, “soberanía nacional”, “imperialismo”, “colonialismo”, etc.) ocultan su incompetencia y sus abusos de poder. Es necesario, dice el Obispo, buscar y elegir nuevas figuras, no a aquellas que han hecho alarde de su amateurismo, que han secuestrado el dinero del país, que se han enriquecido descaradamente.
Finalmente, Monseñor Donatien invita a los fieles de la Diócesis a rezar por el país y a convertirse en artesanos de la paz -como suele decir el Papa Francisco-, animándolos a que el poder de este mundo no les haga olvidar que servir y dar la vida en rescate por la multitud es mejor que cualquier otra cosa, si queremos heredar el Reino de los cielos (cf. Mc. 10, 42-45).
(*) Sacerdote de Fasta misionero en la RDC
En este enlace está la carta pastoral de Mons. Donatien, escrita en francés: