San Antonio, Texas – En la noche solemne del Jueves Santo, una profunda tradición de piedad popular cobró vida en las calles de San Antonio, Texas. Los Grupos de Oración y Formación de San Antonio emprendieron su significativa visita a los Siete Templos, un recorrido espiritual que rememora los momentos cruciales vividos por Jesús desde la Última Cena hasta su prendimiento en el Huerto de los Olivos.
Con fervor y recogimiento, los miembros de estos grupos, se unieron en esta peregrinación nocturna, acompañando espiritualmente a Cristo en sus horas de angustia. La visita a cada templo se convirtió en una estación de oración y reflexión, donde se meditó sobre los pasajes evangélicos correspondientes a cada momento de la Pasión.
El itinerario de fe incluyó siete emblemáticas parroquias de San Antonio, cada una con su propia historia y belleza arquitectónica, que ofrecieron un marco de solemnidad y recogimiento para la oración:
- La histórica parroquia de Holy Trinity, donde se evocó la institución de la Eucaristía y el mandato del amor fraterno.
- Blessed Sacrament, donde se meditó sobre la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos y su angustia ante el Padre.
- La acogedora comunidad de Holy Spirit, donde se acompañó a Jesús ante su traición y prendimiento.
- La parroquia de Saint Matthew’s, donde se recordó el momento en que Jesús fue llevado ante Anás.
- El entrañable santuario de Little Flower, dedicado a Santa Teresa del Niño Jesús, donde se reflexionó sobre el juicio ante Caifás.
- La parroquia de St. Dominic, donde se meditó sobre las negaciones de Pedro y el dolor en el corazón de Jesús.
- Finalmente, Saint Lukas, donde se acompañó a Jesús en su humillación y los ultrajes sufridos.
En cada templo, los peregrinos elevaron sus oraciones, cantaron himnos y participaron en momentos de adoración al Santísimo Sacramento, expuesto de manera especial para esta ocasión. El silencio respetuoso y la atmósfera de devoción fueron palpables en cada una de las paradas del recorrido.
Rosario Hidalgo, referente de los Gof´s afirmó que «estuvo muy hermoso, orando, meditando y cantando, unidos en comunidad. Bendito sea Dios por su amor infinito».
La peregrinación, organizada con esmero por los líderes de los Grupos de Oración y Formación, no solo fue un acto de piedad, sino también una manifestación de la unidad y la fe viva de la comunidad de la Ciudad Miliciana de San Antonio. Al concluir la visita al último templo, los corazones de los participantes estaban llenos de gratitud y renovado compromiso con su fe, preparándose espiritualmente para vivir la profundidad del Viernes Santo.