San Juan: «Un trono para la Más Bella»
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- Nelson Santillan
- 25 de octubre de 2021
- San Juan
Por Andrés Borbore
El sábado 16 de octubre, la comunidad de FASTA San Juan vivió un acontecimiento muy, pero muy esperado: La entronización de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la Ciudad Miliciana.
No alcanzan ni el conocimiento ni la inteligencia para describir lo que se vivió ese día. Es que todos en la comunidad se venían preparando desde hace un tiempo largo para este suceso. ¡La idea era que se entronizara a Nuestra Señora el año pasado! Pero la pandemia y sus restricciones fueron la excusa para que la devoción sea más un regalo a los tiempos de la Divina Providencia que la ejecución de precarios -y muchas veces vanos- planes humanos.
Parece que no alcanzó con que durante el año 2020 se reflexionara sobre el “Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen” de San Luis María Grignion de Monfort y se promoviera el Rezo del Santo Rosario todos los días en comunidad. Fue intenso lo que se hizo y se pretendía entronizar a la Virgen el 7 de Octubre del 2020 pero… no era el momento que ella disponía para hacerlo y, como en un rosario, cada rosa se fue ubicando en su lugar y después de un año se pudo vivir ese día donde todo fue gozo y alegría. Una verdadera fiesta mariana.
La procesión por las calles cercanas al colegio empezó a las 7 de la tarde, cuando el sol se va despidiendo y comienza la “hora de la oración” como decían nuestros abuelos. Y la procesión rezando el Rosario, tuvo los colores vivos del paso de la Llena de Gracia. La gente presurosa salía a la puerta de sus casas para saludarla, muchos se hacían la señal de la Cruz como gesto piadoso, unos pocos miraban en silencio como contemplando algo lejano que los cautivaba, otros quedaban presos de los gestos de los Escuderos, Caperucitas y los alumnos del Colegio que verlos era una delicia. Era el paso de la Virgen, triunfal con su simpleza y poderosa con su Gracia.
Los más chicos del Ruca Choroy y los alumnos del Colegio Federico Ozanam, hicieron un pasillo para recibirla y llovieron pétalos de rosas que las mamás habían distribuidos previamente. Casi sin que nadie lo preparara comenzaron los aplausos y la emoción de más de uno no pudo disimular una lágrima. Una docente dijo en voz alta ¡Viva la Virgen! Y parecía que esa expresión estaba atragantada porque todos respondieron con un ¡Viva! Que hizo redoblar los aplausos.
Se rezó la oración para la entronización y comenzó la Santa Misa. La solemnidad se vivió como una fiesta. Puro gozo expresaba un patio repleto de almas, donde no entraba ni un alfiler más. Templarios, Adalides, Herederas, la Agrupación Mayor, los padres de familia, abuelos, docentes, vecinos, nadie quería quedarse afuera, en la intemperie. La Santa Misa fue gozo, devoción, alegría. El coro, el guion, la prédica del Capellán, las ofrendas, la procesión para la comunión, manifestaron lo que es vivir en comunidad bajo el manto de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la Ciudad Miliciana.}
Ahora sí podemos afirmar sin temor alguno que la Ciudad Miliciana en San Juan está fundada, porque la Más Bella ya está en su trono.
Mil. Andrés Bórbore – Fasta San Juan
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