La Comunidad Apostólica Santa Isabel de Hungría de Fasta Buenos Aires, en el marco de la celebración de la festividad de San Pedro y San Pablo, llevó a cabo una significativa visita al Refugio Mamá Cecilia, ubicado en la ciudad de Merlo, Provincia de Buenos Aires.
El Refugio Mamá Cecilia, que desde hace ocho años es objeto de la misión constante de esta Comunidad Apostólica, alberga a 80 abuelos rescatados de la calle. En esta oportunidad, además de las donaciones habituales de ropa y pañales, se entregaron gorros y cuellitos, tejidos con cariño por las propias miembros de la comunidad Santa Isabel de Hungría.
La misión, que se inició a las 9 de la mañana, estuvo acompañada por la alegría y la música del grupo folklórico del Ruca del Plata, Cruz Austral, quienes con su talento alegraron la jornada y el corazón de los abuelos.
Además de su compromiso con el Refugio Mamá Cecilia, esta Comunidad Apostólica extiende su labor solidaria desde hace 16 años al Hospital Rivadavia, donde llevan mantas y ropa tejida para los bebés bajo el lema «tejemos para abrigar al Niño Jesús». Como parte de un proyecto académico anual, los alumnos de quinto año del Colegio Fasta Catherina, acompañados por alguna de las miembros de esta Comunidad, visitan el hospital para entregar donaciones recolectadas por la comunidad del Colegio.
La Historia de Santa Isabel de Hungría
Santa Isabel de Hungría (1207-1231) fue una princesa húngara que se convirtió en un faro de caridad y devoción en el siglo XIII. Hija del rey Andrés II de Hungría, se casó muy joven con Luis IV de Turingia, con quien tuvo un matrimonio feliz y fructífero.
Isabel se distinguió por su profunda piedad y, sobre todo, por su inmensa caridad hacia los pobres y necesitados. A pesar de su posición real, dedicaba gran parte de su tiempo y sus bienes a los enfermos, los hambrientos y los desamparados. Se cuenta que fundó varios hospitales y que ella misma atendía a los enfermos, incluso a los leprosos, sin temor al contagio. Su generosidad era tal que, a menudo, repartía sus propias joyas y posesiones para aliviar el sufrimiento ajeno.
Tras la muerte prematura de su esposo en una cruzada, Isabel sufrió grandes dificultades, incluyendo la hostilidad de su familia política. Sin embargo, mantuvo su fe y su compromiso con los más pobres, renunciando a las vanidades del mundo para vivir una vida de sencillez y servicio, bajo la guía de los franciscanos.
Santa Isabel de Hungría es un modelo inspirador de caridad cristiana y servicio al prójimo, especialmente a los más vulnerables. Su vida es un testimonio de cómo la fe se traduce en obras concretas de amor, valores que la Comunidad Apostólica de Fasta que lleva su nombre busca encarnar y extender en cada una de sus misiones.
Doy fe de la excelente labor que Hace la Comunidaf Danta Isabel de Hungría. Yo soy del Convivió San Luis Rey de la Ted Fasta y una de sus integrantes también es socia fundadora de esta comunidad. Si labor es encomiable
Es mi querida y amada comunidad. A la que extraño todos los días. Yo estoy en Córdoba. Pero mi corazón y mis oraciones las siguen acompañándo en cada paso. Las quiero muchísimo.