Consejo Sapiencial: «el nuevo desafío para transformarnos en la Ciudad Miliciana»

Nelson Santillan

Antes del cierre del Consejo Plenario de la semana pasada, la Presidencia de Fasta le pidió a los miembros informantes del consejo Sapiencial una «devolución de lo vivido y escuchado durante las sesiones». Tomaron la palabra Héctor Partridge, Jorge Parravicini y Francisco Muscará. La transcripción completa.

Partridge: Mi misión es solamente presentar de quienes van a ser miembros observadores e informantes de este Plenario que salieron de una votación. En esta salieron elegidos tres milicianos miembros del Consejo que Jorge Parravicini, Francisco Muscará y Sergio Tapia. Sergio Tapia si bien estuvo siguiendo todo el tema del Plenario todos estos días de modo virtual, hoy era imposible que pudiera asistir, por lo tanto los miembros informantes harán las observaciones de esta reunión y de algún material que habíamos recibido como todos previamente sobre el tema de las columnas.

Parravicini: Muchas gracias y felicitarte padre Cesar por este nuevo período como Presidente de Fasta. Sepa usted  padre César  que preside la Ciudad Fasteana. A tus órdenes.

Creo que es muy importante la creación, por parte de la Presidencia de Fasta , de este Consejo Sapiencial, fundamentalmente para asesorar a la Presidencia de Fasta que seguramente que será a pedido de la Presidencia. Pero, seguramente se cumplirán las palabras del apóstol y asesoraremos a tiempo y a destiempo.

Este Consejo de ancianos que hablaba el padre Fosbery muchas veces, por fin se plasma en este Consejo Sapiencial del cual me honra pertenecer junto con mi esposa Magdalena.

Ya nos hemos reunidos varias veces con el presidente del Consejo, el doctor Partridge, con la secretaria doctora Alicia Ferrari  y con los 30 miembros que van ordenando las reuniones de trabajo.

Creo que es importante que Fasta de un salto a la catolicidad entendida como esta universalidad. Por eso me parece importante que hoy tengamos un representante de Fasta ante la Santa Sede del cual agradezco a la Presidencia de Fasta que me honró con esa misión. Tenemos que lograr una casa en Roma que nos permita estar más cerca de donde se «cocina» la Iglesia, disculpen esta expresión.

Y por último quería como mayor y observador de la realidad en Europa darle al Consejo Plenario algunos «tips» que no son tops. Me parece que los tenemos que tener en cuenta.

Primero que nuestra primera actividad es la educación, que será una actividad que nunca dejará de existir. Muchas profesiones se están quedando sin trabajo Pero los colegios y las escuelas seguirán estando porque necesitan los padres quien les cuide los chicos.

Segundo: las escuelas en los países nórdicos, Finlandia, Suecia, etc, impusieron primero las tablets y ahora las están sacando porque los alumnos no saben escribir y escrbir desarrolla muchas capacidades en el cerebro que si no escribe no se desarrolla.

Tercero: tenemos que lograr que nuestros colegio se actualicen, que sean competitivos y lo que la sociedad hoy reclama. Tenemos que saber escuchar a los padres y a nuestros profesores lo que nos piden.

Cuarto: Los colegios son como hijos. No todos tiene las mismas capacidades ni pueden hacer lo mismo. Dejemos que ellos desarrollen sus propias capacidades y cualidades.

Quinto: no olvidemos que la principal nota de Fasta   que nos enseño y vivió nuestro Fundador es la fraternidad. La hermandad que se plasma en la amistad miliciana. Por favor no dejemos de ser fraternos entre nosotros, a pesar de las dificultades. Nos acompañemos como hermanos que somos.

Por último padre César agradecerte estos 4 años de la presidencia que fueron duros. Gracias por la creación de este Consejo Sapiencial que seguramente ayudará a escuchar a la experiencia. Cuenta con nosotros en este Consejo.

Quiero también, porque a veces le pedimos cosas a Fasta y a veces se las reclamamos pero hoy quiero agradecer a Fasta porque aquí encontré a mi esposa, formamos una familia hermosa, habitan nuestra ciudad nuestros hijos y nietos. Gracias por todo esto que Fasta nos regala.

Muscará: Gracias Jorge. Estoy cumpliendo los 60 años de oficializado (aplausos). De las primeras oficializaciones de la Milicia Juvenil fueron allá en Mendoza un 13 de noviembre de 1964. Porque el 13 de noviembre que nosotros celebramos a Santo Tomás es por la fiesta que instituyó León XIII cuando lo nombró Patrono de las Escuelas Católicas.

Muchos de los milicianos que hoy estamos venimos del colegio Santo Tomas de Aquino de Mendoza que fue la primera asignación del padre Fosbery , que cuando aún no tenía 30 años fue a dirigir el Colegio. allí empezó a experimentar cuando cumplimos 50 años de egresados un grupo de compañeros y yo vinimos a visitarlo y agradecerle y él nos llevó acá, a la basílica de Luján porque quería agradecer a la Virgen, la gracias que él le había pedido: ser sacerdote, cuya principal tarea fuera la formación de los jóvenes. Entonces nos trajo a agradecer a la Virgen de Luján.

Pertenezco al Consejo Sapiencial. No sé si en el Consejo hay algún sabio. Pero más bien como dice Jorge un consejo de ancianos porque para pertenecer al Consejo hay que tener más de 65 años. Entonces sí, seguramente de esos hay. Sabios no sé.

Hay una cuestión que ha dicho el padre César esta mañana: «el paso de Dios» (visiblemente emocionado) nosotros somos testigos no solo de este Consejo, desde la Milicia Juvenil. Hemos visto la mano de la Providencia actuando sobre las personas, sobre las obras. Frente a ese espectáculo el sabio lo único que puede hacer es contemplar, admirar y quedarse callado la boca . Porque como dice la biblia el necio es rápido en hablar y al sabio se le pide la palabra. ç

Entonces, la primera actitud, la contemplación. Pero a partir de allí, estos días que hemos compartido con ustedes surgen dos reflexiones: una de orden metodológico, porque hace mucho que estamos insistiendo los viejos que tenemos que generar actividades de diálogo intergeneracional y esto todavía pensamos que no se logra totalmente. Por eso acá que están los jefes jurisdiccionales  y los jefes de Ruca piensen que sería bueno en los rucas, en las jurisdicciones generar espacios de diálogos y de encuentro intergeneracional. Porque de pronto cada generación tiene sus reuniones entre ellos, cada convivio entre ellos pero falta esa comunicación y ese diálogo intergeneracional que nosotros vemos plasmados experiencialmente en el Consejo. Porque en este Consejo están los veneralbes Héctor Partridge, Carlos Nesci, fundadores de Leones, de Mendoza hasta los jóvenes, hermanitos Martín, Cande y pasaron todas las generaciones intermedias y que bien que nos hace compartir, comunicarnos y dialogar. encontrarnos.

Por otro lado algo menos metodológico, Pero me parece medular de este Consejo. «Estamos en un punto de inflexión» dice el Presidente. «En un punto de inflexión» lo leí en el Mensaje. Miren: a nosotros ya no nos extraña. Muchas veces hemos pasado esta experiencia. De la Milicia Juvenil a la Fraternidad Laical. De la Fraternidad Laical a la Asociación de Fieles. Y ahora se está hablando de la Ciudad Miliciana. El Padre Fundador decía «el organismo trascendió a la organización». Y de eso se dieron cuenta los de la quinta columna, que en ese dibujo del Bicho que a partir de una carpa saca flechas, se entrecruzan y se enredan. ¿ Cómo armamos, cómo organizamos tantas obras, tantas personas?. Alejandro Campos pasaba un video en el que unas que tejen escarpines para los bebés, otros que reparten comida en Mar del Plata. Otros que atienden a los drogadictos y siempre decía «esto también es Ciudad». ¿Saben por qué? Porque hace unos años atrás eso para nosotros no era Ciudad. Nuestro apostolado era lo doctrinal: estudiar Santo Tomás de Aquino, enseñar el Magisterio de la Iglesia. Y por ahí pasaba nuestro Carisma. El Fundador lo recalcaba muchas veces.

Entonces por acá va el nuevo desafío para transformarnos en la Ciudad Miliciana. Sin dejar aquello, pero incorporando esto nuevo. Alguno dirá: «¿Eso es dominicano?». Yo me acordé, padre Alberto,  (señalando a fray Alberto Saguier Fonruoge) de aquella anécdota de cuando Domingo de Guzmán era estudiante el Palencia y vio que la gente se moría de hambre. Vendió los libros para darle de comer a la gente. Entonces dijo «no puedo estudiar sobre pieles muertas cuando hay gente muriéndose de hambre». También me acordé de cómo el espíritun dominicano se hace realidad, se encarna en personalidades tan diversas. Como el «gordito» nuestro maestro Tomás de Aquino, de los primeros maestros de la Universidad de París y al lado de él el «negrito» Martín de Porres que barría el convento allá en Lima. Santos dominicanos que encarnan el carisma dominicano desde personalidades y realidades tan distintas.

Solo nos queda contemplar y callar.            

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