El Papa de sorpresa en San Pedro para rezar ante la tumba de San Pío X

Nelson Santillan

Otra salida no programada de Francisco, como la del domingo pasado, de Casa Santa Marta donde continúa su convalecencia y ha reanudado algunas reuniones. El Papa llegó a la Basílica alrededor de las 13.00 horas donde encontró a un centenar de fieles muy emocionados que acudieron a saludarlo y ser bendecidos.

Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

Era casi la una de la tarde en la Basílica de San Pedro cuando se oyó a unas mujeres gritar en los pasillos: «¡El Papa está aquí! ¡El Papa está aquí!». Tras la sorpresa del pasado domingo, cuando los 20.000 fieles reunidos en la plaza de San Pedro para el Jubileo de los Enfermos vieron llegar de repente al Papa en silla de ruedas, esta tarde, Francisco quiso también salir unos minutos antes de la Casa Santa Marta, donde continúa su convalecencia, y cruzar la Puerta de la Oración para dirigirse a la Basílica. Menos de diez minutos para rezar ante la tumba del Papa Pío X, un Pontífice al que siempre se dijo muy cercano y al que acudió a rezar el domingo pasado. También se detuvo en el monumento dedicado a Benedicto XV, el Papa de la Primera Guerra Mundial, y visitó las tumbas restauradas de Pablo III y Urbano VIII.

Francisco se presentó a la gente con una manta en las piernas para protegerse del frío y cánulas nasales para el oxígeno: «Nos conmovió verlo así, de civil, sencillo. Todos lloraban, incluso los guardias de seguridad». Algunos niños se acercaron al Papa, una señora fue bendecida entre lágrimas. ¿Por qué las lágrimas? Porque es señal de que se ha recuperado, de que, sí, sufre, pero está cerca. Me impresionaron sus ojos: grandes, lúcidos. Una mirada penetrante y atenta. No dijo nada: saludó y bendijo. Le dije: «Santidad, estamos deseando que vuelva aquí». Sonrió.

Recibe las novedades de Hasta Dios en tu correo.

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Deja un comentario

Pin It on Pinterest

Share This