Sus hermanos sacerdotes despiden al padre Kato
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- Nelson Santillan
- 28 de diciembre de 2024
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- Sacerdotes de Fasta
Padre Alberto Rossi, San Martín de los Andes, 28 de diciembre de 2024
Querido P. Jorge:
Tengo muy presente el día que nos conocimos, al lado de un fogón en el campamento de mandos de San Luis. Era mi primer campamento de Fasta, yo hacía días había ingresado a la Fraternidad Sacerdotal y a vos el Señor ya te había anunciado en el corazón tu vocación Sacerdotal.
Meses después ruca Hue, fue testigo de tu sí al llamado y caminamos juntos desde el 87 hasta ahora.
Me gusta recordarte en esta oportunidad, cuando junto a Gerardo en La Loma (Tucumán) practicábamos con la guitarra, yo abandoné pronto, pero La Loma se llenaba todos los días de tu querida chacarera La Estrella Azul. Hoy pido a Dios que esa estrella azul, la que canta la chacarera, Dónde estará la estrella azul esa estrellita del alma, mis ojos suelen brillar, perdidos en la inmensidad ; sea Nuestra Madre la Virgen del Rosario, que te abrase y se presente frente a su Hijo Jesús como su hijo Sacerdote. Reza desde el cielo por esta, nuestra Fraternidad.
Padre Eduardo Lloveras, Kinshasa, 28 de diciembre de 2024
Para el amigo Kato
Conocí a Jorge antes de mi ingreso a Fasta, en una reunión en el colegio Santo Domingo en donde cursaba mis estudios secundarios. Luego pasé a formar parte del grupo misionero AMAD, y, en un viaje a Tucumán a una reunión de ese grupo, me lo encontré en el convento dominico de esa ciudad y me invitó a visitar la casa de la Fraternidad Sacerdotal en La Loma. Fue mi primera visita al Seminario de Fasta.
Compartimos tres años como seminaristas y él fue mi jefe de comunidad, que se llamaba “Cenobio San Pacomio”: un nombre que mostraba a la vez nuestros serios propósitos cenobíticos y un toque de humor en la elección del nombre. Jorge asumía con seriedad el sacerdocio, sin perder el sentido del humor. Siendo ambos sacerdotes no nos ha tocado compartir destinos pastorales, pero siempre hemos conservado la amistad. Una amistad que fue creciendo en la alegría de las guitarreadas, en la oración compartida y en la seriedad de nuestras conversaciones, que siempre giraban en torno a temas de la Iglesia y de Fasta. “Son muchos años de caminar caminos… son muchos años de continuar unidos”.
Jorge, el querido Kato, me acompañó como hermano mayor en las distintas etapas de mi vida como miliciano, seminarista y luego sacerdote de Fasta. ¿Cómo no ver la mano providente de Dios en todo ese largo camino? Hoy me toca despedirme de su presencia física entre nosotros, aunque sé que seguirá acompañándonos, y con más fuerza, desde la Eternidad.
Que Dios lo tenga en su gloria y, desde allí, junto con todos los milicianos de la escuadra celestial, interceda por nosotros que seguimos en la lucha.
Querido Kato, a tus órdenes y hasta el reencuentro definitivo.
Padre Lisandro Scarabino, Valencia, 27/12/2024
Nos ha dejado el padre Kato. El primero de nuestros hermanos sacerdotes que culmina su peregrinación en este mundo con la esperanza de resucitar para la Vida Eterna.
¿Si pienso en él, que es lo primero que me viene a la mente y al corazón? Su alegría y serenidad. Él siempre tenía algún chiste de ocasión para hacer, aunque pocas veces eran buenos -hay que reconocerlo- y en general se solían repetir. Pero a él no le importaba mucho, con que haya uno que no lo conociera, aprovechaba “que el público se renueva” -como decía- y lo contaba. Pero esto siempre sacaba una sonrisa. Es que, mirando para atrás todo lo que me tocó compartir con él, me doy cuenta que siempre era así. Donde estaba el P. Kato nunca faltaba una sonrisa, un buen momento compartido, unas canciones con su guitarra, y un fuego prendido con algo para hacer a la parrilla y mucha gente en torno a la misma. Y esto, me animo a decir, era lo que más le gustaba: juntar a personas en torno a la mesa. Para él no había personas a las que no se la pudiera invitar a pasar un buen rato y compartir anécdotas de la vida. Esto era su método de evangelización. “La pastoral del asado”, como le gustaba llamarlo. Parecía que el tiempo se detenía el día que había organizado una juntada y que era lo más importante que ese día podía pasar.
Pero más allá de esta pastoral que le gustaba realizar y que muchísimas personas en algún momento pudieron disfrutar, también lo quiero recodar como sacerdote. Quizá no era el cura con más empuje y ganas de hacer actividades -más allá de la pastoral del asado, claro está- que teníamos en nuestra Fraternidad, sin embargo, de él he aprendido dos grandes lecciones de vida ministerial: su disponibilidad para confesar en todo momento y su amor por una muy cuidada y serena celebración de la Santa Misa.
Vayan estas breves líneas en homenaje al querido P. Kato, de quién deseamos, como peregrinos de esperanzas en este año jubilar que acaba de empezar, que ya esté gozando de la Vida Eterna que él siempre buscó en su vida.
¡A tus órdenes!
Juan Lisandro Scarabino
La próxima lluvia que tengamos, no nos extrañemos que sea de las lágrimas de alegría que logre sacar, por alguno de los chistes de ocasión, que cuente en el cielo, ya que tendrá un gran público renovado. Y el próximo día de niebla, quizá sea también por algún fueguito que haya prendido para reunir a los santos, a la Virgen María -a quien amaba- y a nuestro Dios en torno a la mesa en el Reino de los Cielos
Padre Pablo Sylvester, Buenos Aires, 27 de diciembre de 2024
Cuando un sacerdote murió
luego de la dura agonía
me dijo un obispo:
allí el padre se hizo más Cristo.
Hoy quiero mi voz elevar
a toda la Ciudad Miliciana
para que nunca se olviden
los hijos de Fasta
el valor que le daba el Fundador
a la Santa Vocación.
No toquen a mis ungidos,
repetía el dominico
sabiendo que esos hombres
por la gracia y la ordenación
ya no eran suyos sino del Redentor
Hoy vuela uno de ellos
entre risas y llantos
pues así despedimos al Padre Kato,
quien hizo de la amistad un culto
para llevarnos a Cristo.
Y hoy en hora de la llamada
sabemos que la estrella azul
a la que le cantaba,
tal vez inconscientemente era la Inmaculada.
Que la Virgen te reciba hermano y amigo,
más allá del barro del mundo
Cristo sale a tu encuentro
porque eres su ungido.
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Comentario (1)
Jacques Claude Clement Payen
29 Dic 2024Gracias Curas por ésos lindos testimonios