“Por las huellas de los Mártires del Zenta” a 5000 metros de altura
Por César Mendoza con la colaboración de Jorge Dragone
A los 12 días del mes de octubre del año del Señor de 2024, siendo la festividad de Nuestra Señora del Pilar patrona de la hispanidad, se llevó a cabo la segunda travesía denominada “Por las huellas de los Mártires del Zenta”, organizada por las comunidades de Fasta Orán, Fasta Ledesma y Fasta Jujuy. La primera se había realizado en octubre de 2022, año de la beatificación de los Mártires del Zenta.
En esta ocasión 9 milicianos de las tres sedes, con edades comprendidas entre los 20 y los 59 años, atacaron una de las cumbres de la serranía del Zenta, de 4958 msnm de altitud. Llevaban la misión de revisar y restaurar, en caso de ser necesario, la cruz testimonial dejada en la primera edición de la marcha. Los milicianos restauraron la cruz y la colocaron nuevamente en lo más alto de una de las cumbres, para que Cristo señoree desde las alturas nuestras tierras. Estas cumbres fueron testigos del paso de la expedición evangelizadora que, partiendo de Uquía en la quebrada de Humahuaca, se encaminó hacia el valle del Zenta para iniciar una misión que, meses después, terminó con el martirio de Pedro Ortiz de Zarate, Juan Antonio Solinas y 18 compañeros laicos. Así estas tierras, regadas por el agua que recogen las nubes de la serranía del Zenta, fueron regadas con la sangre de los mártires, haciéndolas fértiles para recibir la palabra de Dios e incorporándolas a su Reino.
Otro de los propósitos de las sucesivas marchas es que, coronando con ascensiones las elevadas cumbres que en la serranía del Zenta jalonan el límite entre Salta y Jujuy, sean bautizadas con los nombres de los mártires del Zenta, incluyendo su memoria en la cartografía nacional.
Estos nombres, impuestos por la milicia fasteana a los cerros de estas latitudes, serán un humilde aporte para la veneración de estos ejemplares beatos que lo entregaron todo por la evangelización de nuestra Patria.
Demás está decir que las gracias recibidas con la realización de esta ascensión, regocijan el alma y llenan el corazón con la alegría que sólo las cosas del Señor nos pueden brindar.
Estamos agradecidos a Dios, que en su Providencia nos guió siempre en el camino para realizar la actividad, y a los beatos Mártires del Zenta, que con su intercesión nos inspiraron a hacer pequeños sacrificios y ofrecerlos al Señor para su gloria, para la redención de su pueblo norteño y por toda Fasta.
