Las tardes de San Petersburgo hoy»: la serie demaistriana presentada el sábado en Roma
La serie de no ficción «Las tardes de San Petersburgo, hoy«, dirigida por el periodista y ensayista Giuseppe Brienza, sigue la estela ideal de la obra más conocida del filósofo católico Joseph de Maistre (1753-1821), «Las tardes de San Petersburgo, o Coloquios sobre el gobierno temporal de la Providencia» (1821). Con intenciones divulgativas y la presentación del politólogo francés Alain de Benoist, el tercer volumen que acaba de publicar Edizioni Solfanelli (Chieti 2025, pp. 182, 15 euros) lleva por subtítulo «Propuestas, autores, ideas y batallas por culturas opuestas» y se presentará el próximo sábado, 29 de marzo, a las 17.30 horas, en la Libreria-Caffè Letterario Horafelix de Roma (via Reggio Emilia 89), con la presencia del editor, el editor Marco Solfanelli, el periodista histórico Pierangelo Maurizio y Alain de Benoist en enlace vídeo desde Francia.
La obra, dividida en 10 áreas temáticas (de Bioética a Familia – Educación – Escuela, de Conservadurismo, Europa y Occidente a Italia: historia política e identidad cultural y Santos para el siglo XXI) contiene 40 contribuciones, firmadas no sólo por el propio Brienza, sino también por experimentados estudiosos católicos como Andrea Bartelloni, el padre Gian Maria Comolli, Raffaele Iannuzzi, Matteo Orlando, Enrico Pagano, Andrea Rossi, Mino Russo, Vincenzo Silvestrelli, el padre Enzo Vitale icms y sor Daniela Del Gaudio, directora del Observatorio de Apariciones y Fenómenos Místicos de la PAMI (Pontificia Academia Mariana Internationalis).
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Vinculado a su época -el periodo de la Ilustración y la Revolución Francesa-, el texto decimonónico de Joseph de Maistre en el que se inspira el libro de Brienza sigue siendo de interés al abordar problemas sociales perennes como: ¿por qué la justicia no se impone entre los hombres? cómo nace la constitución de un Estado y qué características debe tener? cómo nace y se consolida una institución política? qué hace buena a una ley?

Durante la Revolución de 1789, por primera vez en la historia, la élite de una nación había intentado refundar la sociedad en un escritorio, hasta el punto de cambiar el calendario e imponer un «culto a la Razón» poco realista. Frente a ese planteamiento que hoy llamaríamos woke, el conde de Maistre recuerda ciertas verdades. En primer lugar, que la historia propia de cada nación es un camino fuera del alcance de los hombres, que ciertamente pueden intervenir a través de su propia libertad, pero siempre en el marco de los datos fácticos -históricos, culturales, económicos, geográficos, etc.-, que recuerdan el concepto de gobierno temporal de la Providencia divina, que guía a las naciones e interactúa con las acciones humanas, armonizándolas y conduciéndolas al fin último. En los intervalos en que el delirio revolucionario de la omnipotencia se impone al margen de Dios, sólo resultan desastres, como escribe de Maistre: «el hombre, en relación con su Creador, es sublime y su acción creadora: por el contrario, en cuanto se separa de Dios y actúa solo, no deja de ser poderoso, ya que éste es un privilegio de su naturaleza; pero su acción es negativa y no tiene otro resultado que la destrucción«.

Tras más de dos siglos de baños de sangre perpetrados para «destruirlo todo, reconstruirlo todo», sin Dios o contra Dios, el planteamiento filosófico del conde de Saboya merecería, por tanto, mucha más atención de la que ha recibido hasta ahora, aunque con encomiables excepciones.